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La demencia en ascensor, su investigación en escaleras

En el mundo hay 50 millones de personas (diagnosticadas) que padecen cierta forma de demencia a la que no se le conoce ningún tratamiento para su cura.

En la demencia, dejan de funcionar la  memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Foto: Paciente del Hospital Larco Herrera.
En la demencia, dejan de funcionar la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Foto: Paciente del Hospital Larco Herrera.

 

Por: Luis E. Forero Medina 

Abogado/Especialista en Saluderecho


Mientras que la investigación e innovación irían muy lentas, la demencia aumenta; actualmente cada 3 segundos se diagnostica  un nuevo caso de demencia; en el mundo hay 50 millones de personas que padecen esta enfermedad, a la que no se le conoce ningún  tratamiento para su cura.

 

De este grupo, unos 30 millones  viven en países de ingresos bajos y medios; países donde  “el número de personas con demencia tenderá a aumentar cada vez más”.

Cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. En el 2030 serán 82  millones y  152 millones en 2050.  En el  Perú en 2014 el Minsa atendió un millón doscientos mil personas de la tercera edad, 70 mil por problemas de salud mental y alrededor de 5 mil personas con demencia, incluido Alzheimer. La enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia.

La   Organización Mundial de la Salud  ( OMS) acaba de proponer el primer  Plan de acción mundial sobre la respuesta de salud pública a la demencia 2017-2025;  cuyo uno de sus objetivos es el diagnóstico temprano que a presente y a futuro, “mejora la calidad de las personas y sus famliares.. para posibilitar un tratamiento precoz y óptimo”. Al mismo esa agencia de la ONU  alentó para que se aumente  la investigación e innovación en salud mental.

Los principales factores de riesgo de la demencia están asociados a la inactividad física, la obesidad, las dietas malsanas, el consumo de tabaco y el consumo nocivo de alcohol, la diabetes y la hipertensión. La depresión, el bajo nivel educativo, el aislamiento social y la inactividad cognitiva, también contribuyen a llegar a la demencia.

En la demencia, dejan de funcionar la  memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio.

Por mucho tiempo en la mayor parte del mundo a las personas dementes se les ha  estigmatizado, denigrado e ignorado; colocándole  “obstáculos para acceder al diagnóstico y a la atención”, según esa agencia especializada en salud. Los costos  sociales  de la demencia a nivel mundial se presentan en millones y millones de dólares.

La demencia per se, “no constituye una consecuencia normal del envejecimiento”;  ni afecta exclusivamente a personas mayores, sin embargo es una de las principales causas de discapacidad y dependencia de este grupo poblacional en todo el mundo. La OMS puntualiza que la demencia tiene tres  Etapas: temprana, intermedia y tardía.

El marco legislativo sobre la demencia en el mundo es muy pobre y escaso de “normas de derechos humanos internacionalmente aceptadas para garantizar la máxima calidad en la prestación de servicios a las personas con demencia y sus cuidadores.”

En 2015  cuando se celebró la primera Conferencia Ministerial sobre la Acción Mundial contra la Demencia,  la OMS advirtió que “El mundo tiene planes para lidiar con un accidente nuclear, limpiar un derrame químico, manejar desastres naturales, responder a la pandemia de la influenza. Pero no hay un plan integral para manejar la ola gigante de la demencia que se nos viene encima.” Fue la  primera vez  que se debatieron los problemas mundiales que enfrenta la demencia.

@luforero4

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