“…el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.”

Así es relatada la tragedia de un suicida por Gabriel García Márquez en  un microrrelato en el que la víctima cae en cuenta a última hora -cuando nada había que hacer- que vivir la vida paga.

Para los cristianos  “Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.” (1 Corintios 3:17). Según el  Corán  la vida humana es sagrada: "No se maten a ustedes mismos. Dios es Misericordioso con ustedes", "Y no se autodestruyan".

En los últimos 45 años las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial, cada 40 segundos se suicida una persona, más de 800 000 vidas que se frustran anualmente,  según la Organización Mundial de la Salud OMS. Esa conducta que es  la segunda causa principal de defunción en el grupo etario de 15 a 29 años,  también ocurre en adultos mayores y en prisioneros. En las Américas 65.000 personas se quitan la vida cada año. Según el papa Francisco en la última visita a Quito,   las cifras  sobre suicidio juvenil no son tan precisas, porque  “no se publican íntegramente las estadísticas”.

Los gobiernos siempre han considerado el tema de la prevención del suicidio (SUPRE) como un asunto personalísimo, doméstico, sin ninguna trascendencia en la cosa pública. Al menos 165 países del mundo carecen de   una estrategia nacional de prevención del suicidio. “En todo el mundo es insuficiente la disponibilidad y calidad de los datos sobre el suicidio”, estima la OMS. En el Perú funciona la  Sociedad Peruana de Prevención del Suicidio  y a nivel global La Asociación internacional para la prevención del suicidio –IASP-.

Este grave problema de salud pública que ocurre  el 75% en países de ingresos bajos y medianos, es perfectamente prevenible con medidas como reducir el acceso a los medios para suicidarse (pesticidas, medicamentos, armas de fuego, etc.); tratar a las personas con trastornos mentales; seguimiento de quienes han intentado suicidarse; fomentar un tratamiento responsable del tema en los medios de comunicación y formar a los profesionales de la atención primaria de salud, indica la OMS.

Por el sensacionalismo que algunos medios  informan de suicidios, “hay una necesidad de mejorar la colaboración con los profesionales de los medios para llegar a un consenso sobre esta cuestión”, afirma la IASP.

Desde hace 13 años, en todo el mundo el 10 de setiembre se celebra el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

@luforero