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Coplas de navidad en Huachos - VIDEO DE PICHUTA

En estos días y noches de aguacero, neblina y barro, no dejan de invocar plegarias al Santo Patrón al son de sonidos lancinantes del violín.

Anexo de Pichuta - Distrito de Huachos.
Anexo de Pichuta - Distrito de Huachos.

 


Por: Ferrer Maizondo Saldaña
huachosperu@gmail.com
 


La Noche Buena en Huachos se celebra zapateando al ritmo de un violín toda la noche. El abrazo pascual  se da al amanecer en la puerta del templo. Ahí, entre baile y baile, los danzantes y  las señoras ataviadas con sus pañolones cantan, en un solo coro, coplas que cada vez se hacen más tristes:

 


“Cuantos pobres desgraciados
estarán llorando
mientras otros gozando
las buenas pascuas”


A las cinco de la mañana, bajo una explosión de cohetones y cohetecillos, repique de campanas y el resplandor de numerosos cirios, ingresa al templo el Niño Jesús. Un ponche caliente abriga la  fría y lluviosa mañana. El quemadito de pisco remoja la garganta  y se escucha:


“La parca ingrata
y tan cruel
a los mejores
ha quitado la vida”


El sacerdote Honorato Chávez, Yaya; el sacristán José Chavéz; y, el cantor Abraham Cárdenas celebran la misa en latín, español y quechua.  Afuera, en el atrio, al pie de los dos pinos,  acompañantes y bailarines prosiguen con sus cánticos y  zapateos. Todos cantan:


“En la puerta de la iglesia
hay dos plantas
que son testigos
de la vida que yo llevo”


Luego  de cada zapateo al ritmo de pascua caminero, con la ropa salpicada de barro,  protegidos por la niebla, impulsados por el trago, cantan y algunos lloran recordando al hermano ausente o padres que descansan el sueño eterno.


“Unos se encuentran
en pueblos extraños,
otros olvidados
bajo la tierra”


Antes  de la salida del sol, al término de la misa,  misa de pascua, el pueblo sigue cantando. Brindando los espumosos ponches, los bailarines que quedan de la fatigada noche se dirigen a sus barrios, a disfrutar el patachi y,  en el  huasicay, continúan con  el coro:


“Sin consuelo, sin alivio
estarán llorando
mientras otros gozando
las buenas pascuas”


Cuando el  sol ya  está calentando, se escucha con tristeza:

“Como yo no tengo a nadie
sólo miro
a la tumba de mi madre
hay que triste había sido”


Con fuerza y bulla, los dos grupos de danzantes se quitan espacio, zapatean y cantan al mismo tiempo, resaltando cada uno a su barrio:


“Dándoles aplausos
a los Barrio Arriba
con que voluntad
dan los del pueblo”


Chicas de voz cantarina entonan:

“Dándoles aplausos
a los Barrio Abajo
con que voluntad
dan los del pueblo”


En muchas coplas la voz eleva su tono:

“Toda grandeza en esta vida
dejaremos
entrando a lo más profundo
bajo la tierra”


Las coplas pasan de una a otra generación, pero a veces obedece a la inspiración del momento.

“Como yo no tengo a nadie
sólo miro
a la tumba de mi padre
¡hay que triste había sido!


El siguiente espacio en que zapatean y entonan sus tristes coplas es el cabildo; lo efímero de la vida sigue siendo el gran tema.


“Tengamos presente
de la vida pasajera
tal vez ya no llegaremos
al otro año como hoy día”


Cada grupo en su barrio, se van despidiendo, de esquina en esquina, con los famosos esquinazos. Abrazados, siempre en coro y haciendo un pequeño círculo entonan:


“Adiós, adiós,
pueblo de Huachos
adiós, adiós
las buenas pascuas”


En estos días y  noches de aguacero, neblina y barro, no dejan de invocar  plegarias  al Santo Patrón.


“San Cristóbal de Huachos
bendice pues a tus hijos
diciendo que regresen
al otro año como hoy día”




 

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