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El caos y desorden se agudizan en el Mercado de Abastos y sus alrededores

La desgracia de Chincha es tener un alcalde inepto peor que el inefable Lucio Juárez, pero que recibe más de 60 mil soles diarios de los mercados de abastos locales.

Las jugosas rentas del Mercado de Abastos engorda al alcalde de turno de Chincha.
 

Por: Eucadio Gutiérrez Solano 

Profesor/Periodista

 
Hace más de 25 años que el pueblo chinchano sufre la desgracia al tener alcaldes que se olvidaron de sus promesas y se convirtieron en farsantes y mercaderes, con su política de “dejar hacer y de dejar pasar”, que le reportaban grandes beneficios económicos.
 
La prensa en su oportunidad denunció que José Navarro llegó a la alcaldía “quebrado” en el aspecto económico, pero salió con los bolsillos llenos; Lucio Juárez Ochoa, se hizo más millonario  y César Carranza Falla viene recuperando sus gastos, como si la Municipalidad Provincial fuese una mina.

Los alcaldes fueron ciegos, sordos y sin cerebro ante el clamor del pueblo, por intereses creados. Siendo el municipio una mina, los alcaldes llenaban sus bolsas como en la cueva de Ali Ba Bá. Los periodistas honestos casi a diario denunciaron el hurto que se hacía al pueblo chincha. Decenas y decenas de denuncias se presentaron para acabar con la corrupción y la mafia, con pruebas fehacientes. Lamentablemente, como el poder Judicial y Fiscalía, que presumiblemente fueron parte de la mafia, las denuncias quedaron archivadas. La plata ahora es el “primer poder” de Estado. Las oficinas que están para velar por salud del pueblo son un mercado de compra y venta. Hoy recién nos damos cuenta, gracias a la prensa, cómo funciona la corrupción en el Perú. Chincha no es una excepción, parece ser el peor ejemplo.

Luego del preámbulo vamos a referirnos sobre una de las puertas de la corrupción. Se trata del caos y desorden que hay en los mercados. Los mercados reportan mucho dinero, a diario. Pues los movimientos económicos son a cada instante.

Los últimos 25 años los mercados decidían el destino de las autoridades, de 6 a 8 mil mercaderes, multiplicados por 3, sumaban 24 mil votos, con lo que los alcaldes aseguraban ser “vitalicio” en el gobierno municipal, como sucedió con José Navarro Grau. De manera era una ley que no debía tocarse a los vendedores, con el cuento de que ellos eras personas pobres; más bien se  necesitaban muchos más, para aumentar el caudal de votantes. Así el caos y desorden comenzó a multiplicarse bárbaramente, con el respaldo de los alcaldes.

Los vendedores apiñados en los mercados y en las calles en cada elección municipal, a través de des dirigentes entraban a la componenda y al negocio, además uno o 2 de ellos estaban en el cuadro de regidores, con los cuales el pacto diabólico, en la sombra, está asegurado para “colocar” al nuevo alcalde. Así de fácil. De manera la continuidad del caos y desorden estaban selladas y lacradas, de antemano.  

En la época de Navarro Grau se hablaba que diariamente ingresaba a las manos del alcalde 30 mil soles procedente de los mercados; en el tiempo de Lucio Juárez, se supone que se duplicó; y ahora se presume, que la alcaldía de César Carranza Falla, teniendo en cuenta incremento catastrófico de los vendedores durante su periodo, estaría recibiendo, a diario, un monto superior a 60 mil soles.

El caos y desorden es horrible en Chincha. Los vendedores cada vez se sienten aferrados en sus puestos, donde toda la generación de ellos está ubicada, posesionados de las vías públicas como las calles Italia, Chachapoyas y las avenidas Santos Nagaro y Sucre, y los pasadizos de los mercados, por citar los más agudos. La maldición ha llegado a Chincha.

¿César Carranza Falla no sabía de esa cruda realidad? Él sabía perfectamente del caos y desorden, pues fue el “teniente alcalde” de Lucio Juárez Ochoa y cómo los vendedores continuaban posesionándose de las calles año tras años. Y cuando llegó a la alcaldía tenía para solucionar el grave problema que generaba los mercaderes. Lamentablemente al burgomaestre no les interesó este asunto espinoso, y más bien le autorizó la continuidad del desorden por 2 años más. Es posible que al cumplir 2 años, este alcalde le prorrogue por 2 años más, dado a los recursos que reporta el caos y desorden.

Chincha vive la peor pesadilla de su vida, el caos y desorden “son la muerte”. Parece que César Carranza Falla vino a cosechar dinero y no hacer obras para Chincha. La prueba es su inoperancia con el problema de agua para Chincha, que siendo “dueño” de SEMAPACH, se tiene que arrodillar y pedir clemencias a Pedro Mendoza Arias.  Qué paradoja tremenda.
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