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La receta secreta de los ricos tamales de mi bisabuela Bachi

COSTUMBRES HUACHINAS.

Con esta traidición culinaria la bisabuela y la tía Irma siempre vivirán en cada aroma, en cada olla humeante destapada, y por supuesto, en cada uno de sus exquisitos tamales huachinos.

Foto fondo: El pueblo de Huachos a mediadios del siglo XX, Basilisa Velazco y los tamales huachinos.
Foto fondo: El pueblo de Huachos a mediadios del siglo XX, Basilisa Velazco y los tamales huachinos.

Por: Julio Granados - Diseñador gráfico, ilustrador, fotógrafo, actor, cantante del grupo Noche Futura.


PUBLICADO 12-11-2017 |  En primer lugar me presento: Soy limeño de nacimiento y de orígenes “huanca belicanos”. Por el lado de mi padre, tengo raices huancas y  huachinos. Soy nieto de Blanca Soldevilla que era a la vez hermana de Irma, ambas hijas de Basilisa Velazco, llamada cariñosamente en el pueblo de Huachos como “Tía Bachi”.

Quiero hablarles de un detalle que marcó mi infancia y que me hace recordar a mi bisabuela "Bachi" y sus incomparables tamales huachinos.

La receta secreta de los legendarios tamales de mi bisabuela  Bachi, no se perderá en el olvido si seguimos la tradición de prepararlos.

Todo comenzó en el mágico pueblo de Huachos en Huancavelica, Perú, donde existen piedras enormes como huevos prehistóricos clavadas en el rio en la falda bordada de retamas de las montañas.

Allí mi tía abuela  Irma, aprendió hacerlos desde joven mirando a su madre de quien heredó el arte del sabor y no habían reuniones familiares donde su tamales fueran el centro de atención, es más, muchos solo iban con el gran anhelo de comerse más de uno y yo desde niño siempre lograba llevarme  alguno escondido en mi abrigo para luego saborearlo lentamente, y es que realmente eran exageradamente deliciosos.

Pasaron los años y la vida misma  hizo que la receta de los tamales casi se perdiera en el olvido, y poco a poco casi así fue, pero la magia y el espíritu de mi bisabuela  Bachi resultó más intenso que el latido del corazón de un colibrí y uno de sus multicolores latidos fue heredado por una de mis bellas hermanas.

Mariolita  prepara los tamales con tanto amor que para mí es una fiesta cada vez que los hace. Por ahora, mi padre y yo, solo somos sus ayudantes y nos encargamos del amarre del tamal con el pabilo, pero hoy me revelé  y le hice prometer a mi hermana que la próxima vez lo haríamos juntos para  aprender hacerlos y seguir con la tradición de la bisabuela y la tía Irma, y es que ellas siempre vivirán en cada aroma, en cada olla humeante destapada, y por supuesto, en cada uno de sus exquisitos tamales huachinos.

Radico actualmente en Los Angeles (EE.UU.)

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