HUACHOS - Hace pocos días, un reportero de Huachos.com visitó el pueblo de Huachos para constatar los daños causados por los elementos naturales en este 2017.

En la capital del distrito, hubo varias casas colapsadas y filtración de agua “cristalina” dentro de ciertos inmuebles del barrio de abajo. Entre los varios afectados, la casa del Sr. Fidel Chávez sigue siendo la más vulnerable.

Hay nuevas erosiones peligrosas en las laderas de Lucma, Merendana y Chupanmonte aparte de la ya existente que de hecho debe ser considerada de alta prioridad, pero como ya es una costumbre en esos lares andinos, los lamentos y los llantos duran el tiempo de una asamblea, de una reunión o de la visita de algún mandarín del gobierno regional de Huancavelica o de Castrovirreyna. Pero todo sigue igual o peor que el año pasado.

Agradecemos la colaboración del subprefecta de Huachos, Sra. Ventura Chávez Cárdenas quien utilizó su tiempo para recorrer con el reportero de Huachos.com diferentes lugares del pueblo.

Cabe mencionar que en la última reunión “multisectorial” de la alcaldía huachina, algunos “parroquianos” del pueblo, quisieron manifestar su inquietud sobre las erosiones pero los partidarios del burgomaestre les hicieron callar porque el asunto no estaba en la “orden del día” de dicha reunión que de multisectorial no tenía nada porque simple y llanamente discutieron de cómo se iban repartir los 200,000 soles del Plan de Emergencia para arreglar las 37 acequias de riego colapsadas en todo el distrito.

Además, dijeron que “no es culpa del alcalde” esas peligrosas erosiones que afectan la capital del distrito. “Segurito que van a reaccionar cuando la erosión se lleve hasta el rio toda la calle del barrio de abajo” murmuró con una sonrisa sarcástica un pueblerino.

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En lo que se refiere a la carretera (que trataremos en otro artículo), en general el sector Joyo-Huachos volvió a convertirse en una auténtica trocha por obra y gracia de la administración municipal precedente. Sin embargo, la parte afectada del tramo Huajintay-Pichuta es fácilmente reparable.

Así va la vida en la patria chica, con más bajas que altas, pero el Templo de San Cristóbal sigue firme como una roca.