Andrés Manuel López Obrador ha aprovechado la victoria electoral de Luiz Inácio Lula da Silva para matar dos pájaros de un tiro. El presidente de México ha celebrado el regreso al poder de la izquierda en Brasil y se ha burlado del apoyo que dio el escritor Mario Vargas Llosa al ultraconservador Jair Bolsonaro. “Vargas Llosa parece que todo lo que toca lo sala”, ha comentado el mandatario en su conferencia de prensa de este lunes.

“Echar la sal” es una frase coloquial que se usa en México para decir que algo o alguien trae mala suerte.

El Nobel peruano preside la Fundación Internacional para la Libertad, una institución de corte conservador, y fue el anfitrión de un foro celebrado en Madrid el pasado 20 de octubre, en el que se advertían de los “peligros del populismo” y el malestar democrático en América Latina. Los expresidentes mexicanos Ernesto Zedillo (1994-2000) y Felipe Calderón (2006-2012) participaron como ponentes y lanzaron sendas críticas al Gobierno de López Obrador. También estuvo presente el juez brasileño Sergio Moro, ex ministro de Justicia que fue clave en la causa judicial que acabó con el encarcelamiento de Lula por corrupción en 2018.

“Se reunieron en España no solo Zedillo y Calderón, sino el juez que injustamente encarceló a Lula, ¿quién convocó? Mario Vargas Llosa, y ¿de qué sirvió?”, ha cuestionado el presidente mexicano. López Obrador ha dicho que no fue casual la celebración del foro en Madrid, en el que también estuvo el ex presidente del Gobierno español, José María Aznar, y ha asegurado que Vargas Llosa buscó influir en las elecciones de Brasil. “Se hace el encuentro en vísperas de las elecciones en Brasil y qué pasó ayer, ganó Lula”, ha comentado entre risas el mandatario.

“Ganó Lula, bendito pueblo de Brasil. Habrá igualdad y humanismo”, escribió López Obrador en su cuenta de Twitter durante la tarde del domingo, cuando se dieron a conocer los resultados que daban una ventaja irreversible al candidato del Partido de los Trabajadores. Lula se alzó con la victoria en la segunda vuelta electoral con un 50,90% de los votos, el resultado más reñido en la historia del país. El regreso del expresidente y líder sindical ha consolidado un nuevo viraje latinoamericano hacia la izquierda. Por primera vez, las cinco principales economías de la región tienen Gobiernos progresistas: Brasil, México, Argentina, Chile y Colombia.

Vargas Llosa fue candidato presidencial en Perú por la coalición de centroderecha Frente Democrático, pero perdió en segunda vuelta con Alberto Fujimori en 1990. López Obrador no ha sido el primero en ironizar sobre una “maldición” atribuida al ganador del Nobel como “gafe electoral”: la inmensa mayoría de políticos que apoya, acaban derrotados en las urnas. Recientemente se pronunció en contra del colombiano Gustavo Petro y el chileno Gabriel Boric, que eventualmente resultaron electos.

En mayo, Vargas Llosa se decantó a regañadientes por Bolsonaro. “Las payasadas de Bolsonaro son muy difíciles de admitir para un liberal. Ahora, entre Bolsonaro y Lula, yo prefiero a Bolsonaro”, señaló. Cuando Petro ganó en junio pasado, el escritor dijo que los colombianos “votaron mal”. El autor también apoyó a Keiko Fujimori, que perdió el año pasado contra Pedro Castillo, y a Mauricio Macri, que cayó ante Alberto Fernández en 2019. La “maldición” de Vargas Llosa tiene otros “ejemplos” recientes en Bolivia, en Chile y en España.

No es el primer enfrentamiento entre Vargas Llosa y López Obrador. “México desgraciadamente vive un retroceso dramático con un presidente populista y demagogo”, dijo el escritor en diciembre pasado durante un seminario de su Fundación. El presidente respondió que le dio gusto “escuchar, observar, constatar, la decadencia de Vargas Llosa”. Tras la victoria de Lula, que visitó México en marzo pasado, el mandatario ha festejado como si fuera también un triunfo contra sus adversarios. “Estoy feliz, feliz, feliz”.