Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho

 
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En los años ochenta y noventa a Anco comenzaron a llegar las tropas de Sendero Luminoso, al principio conformada por pequeños grupos supuestamente de universitarios o profesionales. A ese funesto arribo,  antecedió  otra plaga que años anteriores había arrasado los cultivos.

El arribo de los senderistas a Anco se dio  a inicios de 1982, siendo el común denominador de las siguientes incursiones, que lo hacían de  noche, despertaban a los moradores de determinada vivienda y  ordenaban que les preparan de comer. Después, los mayores eran encerrados y atados de manos; se llevaban sus hijos menores para reclutarlos,  arrasaban  con objetos de  valor, y hasta les incendiaban sus casas y cultivos. Los policías, no más de cuatro, permanecían alojados en casas alquiladas, donde eran atacados con balas y granadas. Los que sobrevivían, huían despavoridos, dejando a la población en manos de las tropas de  Sendero.

La población estaba frente a dos fuegos; el otro era el del Estado, “no se podía hacer nada sin correr el riesgo de ser acusado de ser de Sendero”.



Aunque evidentemente la pacificación sigue ausente en Anco, y los  reductos de ese movimiento siguen como Pedro por su casa; se advierte que “aún queda mucho por hacer en el camino de lograr justicia, reparación y reconciliación”, se señala en "Anco, haciendo memoria".

El futuro alcalde de Anco, tiene como uno de sus deberes diseñar  “políticas de desarrollo que permitan la reconstrucción de un tejido social debilitado por tantos años de guerra”.

La noche oscura no se olvida, se repite, y ninguna  reparación se da en Anco. A este distrito se llega por varias rutas: Lima-HuancavelicaIzcuchaca-Anco; Lima-Ayacucho-Huanta-Anco, unos  135 Km. aprox. via Los Libertadores, y   desde la Oroya-Huancayo-Izcuchaca.

De este a oeste, el río Mantaro  atraviesa a Anco, cuya temperatura es por lo general  menos un grado. Anco, creado hace 74 años, luce  un distrito abandonado; en donde sus habitantes demuestran dolor, exclusión y pobreza. Anco, antes pertenecía a Tayacaja, hoy corresponde  a Churcampa.
 
“Las dos décadas finales del siglo XX son –es forzoso decirlo sin rodeos- una marca de horror y deshonra para el Estado y la sociedad peruana”, dijo el doctor Salomón Lerner, el 28 de agosto de 2003, al dar a conocer el informe final de la Comisión de Verdad y Reconciliación. Las víctimas en todo el país  llegaron a cerca de 70.000.

@luforero4