La Organización Panamericana de la Salud (OPS), puntualiza  que la  enfermería “abarca la atención autónoma a personas de todas las edades, familias, grupos y comunidades, enfermos o no, y en todas circunstancias.”

Las más de ochenta mil enfermeras y enfermeros peruanos son una vena del sistema sanitario que los convierte en nervio  vital  para  programas de promoción de la salud, prevención de enfermedades,  vacunación, atención primaria  y consultorios de enfermería.  Esta profesión ejercida principalmente por mujeres,  fue  trascendental en la erradicación de   la poliomielitis y el sarampión  en el Perú, y debieran estar en forma permanente en ambientes como  concentraciones públicas, colegios, universidades y  empresas; que hasta ahora se han  conformado en enfrentar las emergencias con un pequeño botiquín.  
 

 

 

 

El personal de enfermería en  América Latina y el Caribe  es   escaso, está mal distribuido geográficamente, y su personal estaría migrando a otras latitudes. Alrededor de 3 millones de enfermeras-os de  las Américas se encuentran en América del Norte, donde  hay 110,7 enfermeras por cada 10.000 habitantes, en tanto que  en el centro, sur y Caribe hay 13,8 en promedio.  El problema se agrava cuando se registra alta   deserción escolar  y repitencia de los estudiantes de enfermería.

Actualmente las  enfermeras son  licenciadas o tituladas, cumpliendo un pensum generalmente en cuatro años, y  los  auxiliares o técnicos en enfermería se titulan con cursos  de menor intensidad. Maestrías y programas doctorales en enfermería son exiguos en América Latina.

La OPS/OMS ha  llamado  a formar más enfermeras en América Latina y el Caribe para ofrecer  una asistencia competente, poniendo de presente a las instituciones que ofrecen dicha carrera,  de que cuentan con una  “organización inadecuada de los planes de estudio, los contenidos y la metodología”,  exhortándolos  a actualizarlos con el fin de  mejorar la educación y el ejercicio de la profesión de enfermería.

Las enfermeras en el Perú están  agrupadas en el Colegio de Enfermeros del Perú, que  en anteriores oportunidades se han tomado el pulso con el gobierno, movilizándose y haciendo huelgas de hambre para que el Estado los tome en consideración.

El actual gobierno ha propiciado el acercamiento con los Colegios de las profesiones médicas y afines, convocándolos a que lo rodeen en su Política de salud pública y prometiéndoles retenerlos en sus puestos de trabajo con mejores  condiciones laborales, que encierran oportunidades de educación continua.