Está más cerca que lejos y dejará de ser una quimera para convertirse en realidad, que los doctores y personal paramédico se siga desgastando atendiendo consultas, realizando procedimientos quirúrgicos, efectuando análisis de laboratorios, dirigiendo terapias, etc, para darle el paso a la robótica.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen más de 10.000 enfermedades que afectan al ser humano,  y así es físicamente imposible que un médico por más docto que sea, esté en capacidad de diagnosticarlas, tratarla y curarla exitosamente.

Hace más de una década se aplican  tests que permiten diagnosticar más de 200 enfermedades con una simple gota de sangre, lo que era inimaginable a principios de este siglo. Desde finales del siglo pasado se emplea  UpToDate que ayuda a los galenos en la  toma de decisiones clínicas y es utilizado por   más de 11 millones de médicos. En diagnóstico de cáncer un bisturí "inteligente"  indica en la pantalla si determinado tejido cerebral es  sano o canceroso.

Se llega a afirmar que hay algoritmos que diagnostican mejor que los médicos humanos. Hace 30 años el Annal Internacional Medicine, divulgó un estudio que en 2 de cada 3 consultas, el paciente hace preguntas que el médico no logró resolver, llaman a un colega, o instantes después se arrepintieron del concepto dado al paciente.

Los seres humanos ven los drones hoy como a principios del siglo XX, el 17 de diciembre de 1903, la población de Carolina del Norte vio volar el primer avión funcional, llamado Flyer. Acerca de la utilidad de los drones en la medicina, está suficientemente comprobado, y de hecho se han salvado vidas por esa tecnología, llegando a sitios en principio  inaccesibles para el hombre. Esta industria comienza a echar raíces en todo el mundo en beneficio de  varias disciplinas.

Los drones estarían dispuestos a atender un aviso que una persona accidentada o enferma le dirigiera desde un celular, para ser reanimada, por el dron, en tanto llega equipo humano.

En este tema tampoco todo lo que brilla no es oro, porque falta mucha investigación para mejorar el invento, por estar limitado exclusivamente a áreas rurales. Los drones en áreas urbanas son prohibidos.

El primer envío de medicamentos por medio de un dron a zona rural se realizó el año pasado a un centro sanitario  de difícil acceso en Virginia. (EE.UU.). Si se hubiese efectuado en coche duraría una hora y media, en el dron fue en cuestión de minutos.

La utilidad de la medicina robótica además se vería reflejada en la reducción de costos y permitiría a los doctores dedicarse más a la prevención e investigación de enfermedades.

La pregunta del siglo es ¿Y si fallan los robots?