En OPINIÓN LIBRE |

Después de la tempestad, viene la calma...

…pero no se puede ni se debe bajar la guardia | VIDEO

 

Por: Luis E. Forero Medina 

Abogado/Especialista en Saluderecho

Dios perdona siempre
El hombre perdona a veces
La Madre Naturaleza no perdona nunca

"Llovía intensamente al punto que cambiaron  los cauces de quebradas y ríos, arrasando con casas, muebles, cosechas, animales; algunos como los perros y gallinas intentaban treparse a  los árboles. En la última tragedia comenzó a llover a las ocho de la noche hasta la madrugada; en un cerro cercano a la población colapsaron los drenajes naturales, por lo que las aguas comenzaron a desbordarse; al llegar a una quebrada cerca, arrastró lodo y piedra, y a su paso se llevaba viviendas y personas, saldo 78 muertos."
 
El anterior  párrafo no es tomado de alguna novela macondiada, sino de la realidad, sucedió en Puerto Venecia del Municipio de Achí en Bolívar, Departamento ubicado en la costa norte colombiana; en Pie de Pató, municipio del Departamento del Chocó, y en Salgar Antioquia. En otra desgracia en Colombia, hace unos años una avalancha arrasó con la población de Paéz, departamento del Cauca, en el que perdieron la vida 1300 personas. 
 


En los anteriores casos, después de la horrible pesadilla convertida en realidad, los sobrevivientes quedan sin rumbo fijo, sin hogar, huérfanos y viudas, sin saber para dónde coger y empezar desde cero.

Las familias campesinas más pobres, de ordinario muy débiles y sin preparación escolar,  son las más perjudicados por  las inundaciones,  por carecer de un seguro para sus cosechas, sin ahorros y con acceso no permitido  a créditos bancarios, antes y después de las desgracias naturales.
 
Otras víctimas son las comunidades pesqueras que sufren, según indica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura  (Fao))  “las consecuencias de las tormentas en forma de muertes por ahogamiento en el mar, naufragio de embarcaciones y daños en artes de pesca y lugares de desembarque de capturas.” La FAO promueve en todo el mundo programas y proyectos para fortificar la capacidad de resistencia de las comunidades rurales contra futuras catástrofes.

Algunas de las recomendaciones que hace la Cruz Roja colombiana en esta materia, es estar pendientes a los cambios en cauces de ríos y quebradas, así como tener un plan de contingencia que les permita reaccionar oportuna y eficazmente.

Por su parte  “la ordenación de bosques y cuencas hidrográficas y la construcción de diques”, ayudarían  a reducir al mínimo los efectos de las inundaciones, puntualiza la Agencia de la ONU.

En el Perú hace 7 años se lanzó la Plataforma Nacional de Reducción de Riesgos de Desastres,  como apoyo  al Sistema Nacional de Defensa Civil, administrado por el  INDECI (Instituto Nacional de Defensa Civil.) No debemos olvidar la tragedia de Yungay, Caraz en 1970.

A nivel mundial, el Departamento de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, coordina la respuesta  a las situaciones complejas de emergencia y a las catástrofes naturales.


@luforero4

 

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