En OPINIÓN LIBRE |

El coronavirus, la pandemia global

“… ¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo …” (Extracto del poema Masa de Cesar Vallejo)

 

Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial

 

Cuando el 2007 un gran sismo dejó en escombros casas y nuestra iglesia Santa María de Tantará (distrito de la provincia de Castrovirreyna-Huancavelica) pensé en lo diminuto, en lo minúsculo que resultaba la humanidad para afrontar el furor de la madre naturaleza. No había punto de comparación.

 

Hoy día nos azota la pandemia generada por el coronavirus y la humanidad se siente impotente para contrarrestarla. Solo atinan a cerrar sus fronteras y decretar estado de sitio. Eso es todo lo que razonable y humanamente pueden hacer. Luego, cada país, de acuerdo a sus culpas - dirán los bíblicos - solo atinarán a ver pasar, a lo lejos, los cadáveres, que no recibirán el último adiós, ni cristianas sepulturas.

 

“… ¡Tanto amor y no poder nada contra la muerte! Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo …” (Extracto del poema Masa de Cesar Vallejo)

 

Alguna vez se pensó que países del primer mundo, con una economía desbordante, como Francia o España, por citar dos ejemplos, estuvieran literalmente de rodillas frente a la pandemia. El coronavirus ataca por igual, a plebeyos y a príncipes.

 

Esos países, llamados hoy desarrollados, en un momento de la historia arrasaron y cobraron más vidas que esta pandemia, con la agravante que practicaron actos de genocidio por lucro y con gran crueldad. España cuando llegó al imperio Inca encontró diez millones de habitantes, luego de tres siglos de saqueo dejó solo tres millones.  Así sucedió en México, Guatemala. No solo España, los reinos de Francia, Inglaterra, Portugal, hicieron lo mismo en otras latitudes. Mataron por millones. Hoy siguen en lo mismo, pero de otras maneras y otras formas. Las invasiones a Irak, Irán, Afganistán, solo por citar algunos países, donde los llamados “aliados” (EEUU, Francia, Inglaterra, etc), asesinaron a miles es un claro ejemplo que el genocidio continua. La cifra de muertos en esos países invadidos es exponencialmente superior a las muertes que el coronavirus está infligiendo a esos mal llamados países aliados.

 

Esos países abusivos se encuentran hoy postrados, indefensos. Solo uno de ellos, la bestia, como lo llaman algunos y con razón, se encuentra empecinado en no agachar la cabeza.

 

La tozudez y soberbia del tal Donald Trump está condenando a su pueblo a sucumbir frente a la pandemia. Su adlátere en América del Sur, el tal  Jair Bolsonaro, sigue en esa misma línea. Alla ellos.

 

Tal vez la pandemia del coronavirus trace un nuevo mapa económico a nivel mundial. Tal vez sea el inicio de la caída del imperio del norte y con ello el resurgimiento de otras economías con rostro humano y de convivencia pacífica entre los humanos y el medio ambiente.

 

 

 

 

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