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“El misterio de Minayog”, breve relato de mi pueblo...

Las esposas de los comuneros, inquietas y curiosas se dirigieron al lugar a constatar el hecho, y cuando llegaron a la loma, lo extraño fue que no había ni una sola vaca, parecía que la tierra se lo había tragado.

 

Por: David Vilcapuma Gutiérrez

Licenciado en Educación


Este hermoso lugar pertenece al anexo San Luis de Huañupiza, es un destino de ensueño por la presencia de numerosos puquiales que forman el río huanca, exhibiendo magníficos escenarios naturales de altísimo valor paisajístico.

 

Donde un grupo de comuneros realizaban faenas en los barbechos del fundo Minayoq, visualizando a lo lejos varias cabezas de ganado vacuno, todas coloradas, comían los verdes pastizales de las lomas.

 

Los comuneros sorprendidos se miraban, unos entre otros preguntándose ¿Qué ganadero habrá arrendado ese pastizal? A la vez ellos mismos se contestaban. –Serán esos comuneros costeños, que quieren aprovecharse de los parceleros legítimos.

 

Las esposas de los comuneros, inquietas y curiosas se dirigieron al lugar a constatar el hecho, y cuando llegaron a la loma, lo extraño fue que no había ni una sola vaca, parecía que la tierra se lo había tragado.

 

Desconcertadas y sin entender la situación, las esposas retornaban al barbecho, cruzando por Gagapata, un lugar estrecho, donde escucharon que sonaban los cascos de las patas del caballo, que se acercaban como voces crepitantes repitiéndose en las cumbres y al otro lado del río.

 

Desde entonces dicen que algunas almas tristes y atormentadas, deambulan por los cerros, asustando a los comuneros del lugar, durante todas las noches buscando las vaquitas coloradas.   

 

Chincha, abril de 2022.

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