Es redonda y verde y el interior es tremendamente jugoso y un poco ácido. Por dentro es muy parecido a la pitahaya. Según un estudio de la universidad de La Molina, tiene diez veces más vitamina C que un limón.

En Huancavelica le dicen la ‘quita hambre’ porque está a disposición de los pastores en los grandes cactus Corryocactus brevistylus que crecen en las quebradas y faldas de las montañas. Lo llaman sanky y crece desde Perú hasta el norte de Chile. Pero el nombre científico es un homenaje a Thomas Avery Corry, un ingeniero de la compañía ferroviaria del Perú que ayudó a registrar las plantas que crecen en su mayoría entre los 2599 y 3500 msnm.

En Lima el principal propulsor de esta fruta olvidada durante cientos de años es el naturista Dieter Linares, director de Perú Natural, que ve a esta baya (usada por lo caminantes y chaskis del pasado precolombino y que cada año se pudre por toneladas en las alturas) como una oportunidad de negocio para los pobladores andinos. Linares asegura que su escasa proporción de azúcares y carbohidratos ayuda a quienes están realizando dietas de adelgazamiento.

Por su sabor ácido algunos lo llaman el camu camu de los andes. Sus altas dosis de Vitamina C lo relaciona con el combate de enfermedades respiratorias.

Linares le tiene tanta fe a esta fruta que ha conseguido elaborar algunos productos. Uno de ellos es el shampú para reforzar el cabello. El sanky como muchos frutos de los cactus tiene un gel natural repleto de propiedades.

El sanky, por ejemplo, contiene cinco veces más potasio que el plátano, factor que lo hace apropiado para ayudar a personas con presión alta.

Recomienda consumirlo en ayunas para combatir el estreñimiento. Al menos eso hacen los pobladores de las alturas que confían en el sanky o sancayo para mantener una buena salud.

La planta ha sido objeto de algunos estudios y tesis universitarias que destacan desde la gran belleza del cactus hasta sus concentraciones de calcio. Hay proyectos de usar su pulpa en bebidas premium y presentarla al mundo como la nueva superfruta peruana.
 

Durante los últimos años que se olvidó su uso medicinal algunas personas estuvieron usándolo como leña. Felizmente entre los lugares que habitan y es posible verlos en abundancia figuran el Valle de los Volcanes de Arequipa y las montañas de Ayacucho y Huancavelica.

Por los hallazgos de esta baya en sitios precolombinos como la ciudadela de Huañimpuquio de la cultura Huarpa, se sabe que el sanky tuvo vital importancia en el pasado. Es hora de valorar este producto que ha acompañado a la humanidad en las épocas más duras como fuente de vitamina C y minerales.

¿Y en Huachos que pasa? No pasa nada...

¡Aloooooo, presidente de la Comunidad Campesina de Huachos... despiértese!!!

A la otra autoridad importante del pueblo no se le puede decir nada porque a la alcaldesa solo le interesa negocios de cemento y ladrillo o según como le ordenen sus jefes de Huancavelica.

Fuente: EC