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¿En Huancavelica hay autoridades o sembradores de miserias?

En la Tierra del Mercurio no hay autoridad política. No hay que esperar el auxilio de la autoridad inexistente en caso de desastres. Los que fungen de autoridad son otros virus que destruyen nuestro progreso.

El Gobierno Regional de Huancavelica, es la primera institucion politica del departamento y el gobernador regional la más alta autoridad, el que debe guiar por el camino del progreso social y desarrollo económico a su pueblo. Pero, en realidad el Gore Huancavelica es un rico botín de angurrientos.
El Gobierno Regional de Huancavelica, es la primera institucion politica del departamento y el gobernador regional la más alta autoridad, el que debe guiar por el camino del progreso social y desarrollo económico a su pueblo. Pero, en realidad el Gore Huancavelica es un rico botín de angurrientos.

 

  Por: Humberto Huiza Oyala - Escritor


 

¿En primer lugar qué significa Autoridad? “La palabra autoridad que viene del latín auctoritas, se derivó de auctor, cuya raíz es augere, que significa aumentar, promover, hacer progresar. Desde el punto de vista etimológico, autoridad es una cualidad creadora de ser, así como de progreso”, nos dice el diccionario. Esto significa, etimológicamente, que autoridad es la persona que tiene la cualidad de crear, aumentar y promover el progreso de su representada (pueblo o país).

 

¿Y qué significa crear? “Producir algo que antes no existía, generar la existencia de algo o de alguien”. ¿Qué significa progreso? “La palabra progreso viene del nombre latino progressus ‘avance’, sacado del verbo progredior, progressus ‘avanzar’, ir adelante”. Y, en segundo lugar, ¿qué significa LÍDER? Este término proviene de la palabra inglesa leader que significa guía, persona que organiza a un grupo social humano.


A la luz del significado etimológico de los términos Autoridad y Líder, que cuya cualidad es crear, aumentar y promover progreso, ¿Huancavelica tiene autoridades con liderazgo?

 

Hoy que la pandemia del coronavirus hunde a la gran mayoría de la población en el pánico y la desesperación; en que una pequeña porción de los pobladores no acata la cuarentena creyendo que no le va pasar nada, convirtiéndose de esta manera en un agente letal de la propagación del mal y de un posible incremento de los días de cuarentena, se visualiza con toda claridad que Huancavelica no tiene autoridades.
 

El primer infectado con el coronavirus pereció sin que pudieran hacer nada los profesionales del sector salud de Huancavelica. Si hubiesen sido más infectados, todos estarían muertos. Si tiene conocimiento que el bono otorgado por el gobierno central a los trabajadores del sector salud, directamente a quienes están poniendo en riesgo su salud al atender a los infectados, está generando conflictos laborales entre médicos, porque los profesionales no afines a la atención de los pacientes de esta pandemia también quieren su parte.

 

 

 

                                         Esta situación cuasi anárquica, ¿qué nos presenta? Simplemente la ausencia de autoridad y un individualismo egocéntrico acostumbrado a vivir de la corrupción.                  

 

 

 

Y es una entidad de la Dirección Regional de Salud y ésta forma parte del gobierno regional. Lo que quiere decir que no tenemos autoridad regional. El gobernador regional ni siquiera gobierna, sino solo representa, dentro de la incertidumbre, a una legión de angurrientos que destruyen la confianza y la paciencia huancavelicana. Pero esto es solo la punta del iceberg.

 

Está ocurriendo igual con los bonos de 380 soles que se viene brindando a los más necesitados y con las canastas familiares que vienen otorgando a las familias en situación vulnerable. La mayoría de quienes vienen recibiendo esos bonos son personas que tienen cierta solvencia económica, pero que cuyas pertenencias no están inscritas en los registros públicos; cuyos ingresos económicos no son percibidos por la Sunat.

 

En los municipios la entrega de la canasta familiar están direccionadas, de manera discriminatoria, por el alcalde y sus funcionarios hacia sus simpatizantes, amigos y familiares; por más que la norma aclara una canasta por familia, están recibiendo en algunos casos: esposa, esposo e hijos de familia, incluso siendo empresarios. Quienes, en alguna ocasión, denunciaron sus actos ilícitos antes de la pandemia, por más necesidades que tengan, por más vulnerables que estén, en acto de venganza, no están en la relación de los beneficiarios. La Defensoría del Pueblo y la Contraloría no están donde el pueblo y la justicia claman su presencia.

 

Es un hecho indiscutible que Huancavelica carece de Autoridades. No puede ser autoridad quien deje de morir a uno de sus representados siendo el responsable de promover el progreso de su pueblo, de su provincia o región. ¿Si no puede salvar a una víctima, como puede salvar a una región? ¿Si no puede organizar la atención del gobierno regional a las demandas de la población, cómo puede ser líder? ¿Si no tiene capacidad para fiscalizar el buen manejo del presupuesto asignado por la emergencia hacia la región cómo puede decir que no es su costumbre la corrupción?

 

El gobernador regional

 

No es el primer gobierno del señor Maciste Díaz Abad (actual gobernador regional de Huancavelica), es el segundo gobierno. Si en las borracheras del Hatun Pukllay y del Santiago, si en esas parrandas destructoras de las buenas costumbres que ha organizado por el aniversario de la fundación colonial de Huancavelica y por su restitución política, si en todo eso ha derrochado harto dinero del presupuesto regional en cantantes foráneos que cobran fajos de billete sin expresar ninguna identidad regional, significa que nunca ha conocido las necesidades de Huancavelica; si no fuese así, hubiera priorizado el equipamiento del sector salud, por lo menos hubiera comprado unos cien respiradores en vez de comprar chatarras, que en su locura quijotesca bautizó de Hospital Móvil, con el que se ilusionaba acometer hazañas históricas gobernando una ínsola, como el escudero de aquel noble manchego.

 

Esto demuestra realmente que gobierna con ignorancia, no cabe duda que lo hace con buena voluntad, pero lo hace guiado por el ego en función del bolsillo, sonriendo para aplacar rabias, apretando las manos para acortar las distancias, deseoso de continuar demostrando a su digna esposa que ella no se ha equivocado en elegir por esposo a un caballero luchador por la justicia.

 

 

 

                                                          Tampoco el señor Maciste Díaz Abad tiene toda la culpa. Una gran parte de la responsabilidad de la desgracia regional le corresponde a sus electores. Otros alucinados. Cómplices del atraso regional.                  

 

 

Esta realidad nos devela que Huancavelica no es cosa delicada, sino un rico botín de angurrientos. Ante esta situación nos corresponde estudiar y conocer mejor a nuestro pueblo, para no caer en la tentación del hechizo de los alucinados que sueñan en acometer aventuras eróticas y erráticas solo para complacer a sus queridas amantes. Y ahora ¿dónde están los candidatos y las candidatas de las contiendas electorales pasadas, quienes decían que su vida estaba consagrada a la defensa de los derechos del pueblo, que su pensamiento y acción estaban comprometidos con nuestro desarrollo regional? ¿El coronavirus los ha espantado? ¿El coronavirus los ha enmudecido? ¿O han sido víctimas de la ameba comecerebros?

 

No hay salvación para nuestro pueblo si cada uno de nosotros no vamos a cuidarnos de esta pandemia. En nuestra región no hay autoridad. No hay que esperar el auxilio de la autoridad inexistente. Los que fungen de autoridad son otros virus que destruyen nuestro progreso. La corrupción que han generado estas supuestas autoridades también es otra pandemia mundial del que tenemos que librarnos, tarde o temprano. Nada es imposible. Cuidar nuestra salud es cuidar la salud de nuestra familia y de todos nuestros prójimos. No salir de la casa es desaparecer las condiciones del contagio y reducir el tiempo de la cuarentena para volver a trabajar con tranquilidad. No acatar la cuarentena es propagar el mal, los afectados contagiando a los demás; los sanos contagiándose con los afectados. Y es prolongar la cuarentena y colapsar la economía. El pan que comemos no es un regalo, es producto de nuestro trabajo.

 

Para continuar trabajando venzamos con la cuarentena el contagio del coronavirus. Quédate en casa y lea mucho. La lectura es un turismo cultural que nos enriquece el alma.

 

Huancavelica, abril 2020.

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