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En la Huancavelica de privilegios y favoritismos la vida escolar no es igual para todos

Las escuelas rurales "están a mil leguas" de diferencia del COAR que el gobernador regional orgulloso muestra como una ventana del éxito escolar huancavelicano.

I.E. José María Arguedas del centro poblado de Coricocha, distrito de Vilca, provincia de Huancavelica.

CORICOCHA (Huancavelica) - Las ganas de estudiar y progresar son palpables en los cerca de 52 alumnos del I.E. José María Arguedas del centro poblado de Coricocha, distrito de Vilca, provincia de Huancavelica.

Pero estudian sin colegio o casi, pues para aprender usan tres espacios que están de pie, gracias a un milagro, los mismos que caen a pedazos. Queremos declarar el colegio en emergencia, un simple temblor haría que los tres ambientes se caigan totalmente al suelo, afirma Uber Santos Arana, director del plantel.

Razón no le falta, el colegio está ubicado en tres vetustos ambientes que rodean la plaza principal de Coricocha, la dirección está en el local comunal y pese a que el techo presenta grietas y las paredes rajaduras, es el mejor ambiente.

A una cuadra de alli funciona el primer y segundo año de secundaria, los que están en el segundo piso, el cielo raso es solo un piso de tablones de madera que a cada paso emiten un sonido que recuerda a las películas de terror.

La acústica es pésima, Roger Quispe Quispe, del segundo año, quien quiere ser abogado, afirma que escucha dos clases a la vez, pues de la clase del costado todo se filtra. Por si fuera poco, las columnas y paredes fueron socavadas por las incesantes lluvias, al punto que tuvieron que reforzarlas con alambres para evitar que se vuelva a caer.

Todos los alumnos que van a clases en el centro poblado de Coricocha llegan a pie y esto les genera un serio problema, como riesgos de caídas y hasta cansancio, al momento de oír sus clases. Los estudiantes cuentan que caminan más de una hora y muchos antes de asistir a clases tienen que cumplir con sus deberes en casa.

La mayoría de estudiantes ayuda pastando los animales, cuidando los cultivos y otras que tienen que ver con la actividad agrícola. Javier Espinoza y Erica Lozano contaron que caminan desde el centro poblado de Salcahuara, como una hora. Ella va a clases para estudiar mucho y después seguir contabilidad en una universidad.

Así como ellos, muchos otros quieren estudiar ingeniería civil, otros esperan seguir un estudio técnico de maquinaria pesada. Tal vez para construir las carreteras que faltan para su población.


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