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"Gracias Perú", una crónica de Esteban Saldaña Gutiérrez, un hijo del distrito Tantará

Cuando veíamos con resignación que todo estaba negro como siempre, surge la alborada de un nuevo amanecer en la figura de un fiscal valiente y un juez probo.

La historia de nuestro Perú está infestado de grandes felonías, de mega latrocinios. Allí está Mariano I. Prado, Nicolás de Piérola, Miguel Iglesias y otros personajes contemporáneos de la banda presidencial.
La historia de nuestro Perú está infestado de grandes felonías, de mega latrocinios. Allí está Mariano I. Prado, Nicolás de Piérola, Miguel Iglesias y otros personajes contemporáneos de la banda presidencial.

 

Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial


Los grandes capitales, los oligopolios, los ladrones de cuello y corbata, los gobernantes corruptos habían convertido a nuestro país en una república bananera.

La historia de nuestro Perú está infestado de grandes felonías, de mega latrocinios. Allí está Mariano I. Prado, presidente constitucional que desertó en plena guerra con Chile. El otro, Nicolás de Piérola, el califa, que entre otras felonías negó toda ayuda al Almte. Montero que esperaba refuerzos en Tacna. Está la figura del general Miguel Iglesias – que sea dicho de paso, fue reivindicado injustamente por otro felón, Alan García – combatiendo contra Andrés A. Cáceres.  Esto hechos narrados sucintamente sucedieron en la infausta guerra con Chile. Otras tantas traiciones avergüenzan a nuestra patria.

Llegó Fujimori al poder y lo corrompió todo, así de llano y simple. Nuestro gas se exporta a México y de allí retorna al Perú y nos los venden a precios viles. Las empresas extranjeras, ahora dueños de nuestros mares y nuestros cielos cobran tarifas abusivas. Nuestros puertos, aeropuertos, carreteras, peajes, trenes, etc., están concesionados por 30, 40 años a oligopolios, sobre todo chilenos. Y nadie pude reclamar nada, porque, por que el fujimorato se arrodilló frente al FMI y consagró en su constitución fraudulenta de 1992 que el Perú, como estado, no podía reclamar nada a los grandes monopolios.

No solo eso, nuestros ladrones nativos, de cuello y corbata, empezando por el propio Fujimori y terminando en PPK, pasando por Toledo, Alan García, Humala y Villarán, hacían su propio juego, para escabullirse de la justicia.

El fujimorato con su gran bankada de impresentables, blindando a toda su maquinaria, incluyendo, por supuesto, a la señora K. El “cholo de Harvard”, aquel que levantó la bandera contra Fujimori, no era más que un farsante y ladrón. Alan García, muy orondo, paseaba su enorme figura con el falso título de “otros se venden no yo”. Allí lo tienes, pidiendo cobijo, el muy cobarde. Ni que hablar de PPK, los Humala, la Villarán.



Cuando veíamos resignados como la historia se volvía a repetir, para vergüenza y humillación de nuestra patria, surgió la egregia figura de un fiscal valiente y un juez probo.


José Domingo Perez Gómez, arequipeño, es el nombre de ese fiscal provincial, que desde su humilde oficina, ha puesto en jaque a todas las organizaciones políticas criminales. Richard Concepción Carhuancho, Tarmeño, es el nombre de este juez probo, que viene impartiendo justicia a favor del Perú.

El Perú todo, de pie, aplaudimos esta gesta. Aún hay rezagos de gente poderosa y corrupta en el poder judicial y en el ministerio público, que pretenden retrotraer lo avanzado, no podrán. En el congreso, los fujiapristas, cocinan leyes para favorecer a sus líderes en cautiverio.  No podrán. Allí esta otra gran figura, Martin Vizcarra Cornejo, más Moqueguano que Limeño, que ya puso frenos a varias malhadadas leyes del congreso, como la que favorecía descaradamente al reo Alberto Fujimori, alias “Kenya” Fujimori.

El Perú renace, como el ave fénix. Renace desde las cenizas de la ignominia y la vergüenza, para pasear su gloria por el universo todo. No llores por mí Argentina, exclamaba Evita Perón. No llores por mí, parece decir nuestro Perú de hoy a nuestros héroes, nuestros próceres, que sacrificaron sus vidas por un Perú decente. En la gloria de la inmortalidad, nuestros poetas, políticos honestos, historiadores, todos bañados en llanto, a decir de Cesar Vallejo, veían como se desangraba nuestra patria, hoy deben haber lanzado un suspiro de esperanza y de fe. Gracias Perú.

NB: Los artículos publicados en esta Sección Opinión Libre son de entera responsabilidad de sus autores. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com

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