En EL DISTRITO |

Huachos, recordando a mis maestros

A los buenos maestros siempre los rememoramos. En la zona norte de Castrovirreyna (Huancavelica) hay muchos que merecen los tengamos siempre presente.

Foto de archivo 1970, patio de la escuela de primaria de varones. De izq. a derecha: Maestras Felicita Suarez, Alicia Dávalos Gálvez, Gustavo Mendoza Marticorena, director de la escuela primaria de varones, maestra Amparo Mendoza, Norman Trinidad, Hipolita Cardenas de Soldevilla, Juan Diaz y Rumaldina Nestárez Pérez
Foto de archivo 1970, patio de la escuela de primaria de varones. De izq. a derecha: Maestras Felicita Suarez, Alicia Dávalos Gálvez, Gustavo Mendoza Marticorena, director de la escuela primaria de varones, maestra Amparo Mendoza, Norman Trinidad, Hipolita Cardenas de Soldevilla, Juan Diaz y Rumaldina Nestárez Pérez

 

Por: Ferrer Maizondo Saldaña 

 

A los buenos maestros siempre los rememoramos. En la zona norte de Castrovirreyna (Huancavelica) hay muchos que merecen los tengamos siempre presente. Conversando y preguntando a personas de diversas generaciones, coinciden que debemos resaltar en Huachos, a don Gustavo Mendoza Marticorena; en Villa de Arma, a Domingo Saldaña Gutiérrez; en Tantará, a Eduardo Saldaña Gutiérrez.

 

De la vida escolar, del nivel de Educación Inicial, recordamos con mucho cariño a la maestra Hipólita Cárdenas Gutiérrez. Una maestra que actuaba con sabiduría, buen tino y sentido común.

 

En la escuela Pre Vocacional 556, maestros como Luis Medina del Río, “tío Lucho”, que a veces, a mitad de camino, animaba su alegría. Santos Flores Vásquez, primer director y asiduo lector de la revista Selecciones. Conrado Soldevilla del Río, alentando y calentando inquietudes, facilitando la creatividad. Ricardo Soldevilla Merino y su eterna sonrisa.  Pompeyo Patiño Cárdenas, Norman Trinidad Cárdenas y Paúl Patiño Cárdenas, con nuevas propuestas pedagógicas, sociales y comunales. Vidal Suárez Patiño, cultivando la relación del hombre con la naturaleza. Francisco Díaz Paredes, entretenido en la mecánica y el cine.  Dario Patiño Yance con su garlopa, el torito, el serrucho y el birbiqui, le daban forma a la madera, y en los descansos su guitarra y elevada voz   alegraban los corazones o entristecían viejos amores. La disciplina, cumplimiento y dedicación de Amparo Mendoza Araujo. Rosa Soldevilla Cárdenas, alegre y espontánea; un mundo de rondas y dinámicas.

 

Las niñas siempre tuvieron de docentes a Cristina García Moreyra y su preocupación monográfica por la historia del pueblo. La tierna, bondadosa y de frases dulces Irma Soldevilla Velazco. Marina Cárdenas Gutiérrez, promotora del Manual de urbanidad y buenas costumbres de Carreño. Las actitudes risueñas y alegres de Felícita Suárez Patiño, Ernestina del Río Soldevila, Nora Suárez Soldevilla y Delicia Dávalos Gálvez. La rectitud, sapiencia y  solidaridad de Zunilda Patiño Cárdenas, apasionada  lectora de novelas decimonónicas.  La seriedad y puntualidad de Alicia Dávalos Gálvez y Rumaldina Nestárez Pérez.  

 

En los anexos, fue similar la dedicación e interés por la educación de los pequeños, muy a pesar de que eran instituciones unidocentes, de transición al tercer grado.  En Huajintay, siempre recuerdan a Jovita del Río Maizondo, su caballo blanco y el interés por promover la banda escolar de músicos que de instrumentos tenía la totora, el apato, cartones y lata; décadas posteriores desarrollaría la misma tarea su hermana Maruja. Las lecciones de Aquiles López Lauri, recorren y están presentes en caminos, sembríos y jaranas. A Nely Altamirano Velazco y sus quehaceres pedagógicos.  En Pichuta, Emilio Patiño Pérez y sus firmes y férreas convicciones matemáticas y políticas. Carlos Saravia Cabrera, Calín, voz y sonrisa de docente voluntarioso. Elsa Martínez Aquino y Lorgia Quispe del Río, juventud e inquietud. En Huaycos, Iluvina Munarriz Gutiérrez, contando y cantando las nuevas lecciones. En Quichua, Cruz Saravia Dávalos, compartiendo con alumnos y pequeños viajeros, frutas y bizcochos. En Cacachaca, Máximo de los Ríos Palomino, visionando que el futuro es de los emprendedores.  En Cajamarca, Óscar Dávalos Vásquez, con su paciencia milenaria. Roberto Manrique Dávalos, educador consecuente; alegre, motivador y sindicalista; personaje de convicciones y pasiones.

 

La Secundaria fue mucho más que cruzar el muro que separa de la Primaria. El Colegio San Cristóbal, fue escenario de la pubertad y la adolescencia. Primer director, Alejandro Aguilar Romero. Luego, Teodorico Suárez Patiño, poniéndonos en blanco los temas oscuros de la sexualidad; el basket y la gimnasia completaban el tiempo del esforzado director. Ángel Aquije Uchuya, de didáctica impecable, explicando que la reflexión es el punto de partida de todos los conocimientos. Pedro Alegría Jiménez apasionado por la historia. Juan Pardo Cornejo, compartiendo el sindicalismo con la historia, entretenido en el futbol y el vóley, complementando con el inglés. Cristóbal Neyra Villavicencio, haciendo que la física se relativice, la química se combine y la matemática llegue a nivel de la filosofía. Juan Saravia Huasasquiche, forjado para biólogo y químico, pero cumpliendo un buen rol como matemático. Y, entre tantos pecadores y hombrecillos de pensamientos nada santos, no podían faltar lecciones del Antiguo y Nuevo Testamento en la voz del sacerdote Honorato Chávez del Río. Juanito Díaz Paredes cuidando la disciplina y brindando su ternura. Saúl Astorayme Delgado y María Valenzuela de los Ríos uniendo familia y esperanzas en los mozuelos. Romelia Altamirano Esteves, apasionada con la filosofía y las ciencias sociales; sindicalista consecuente; solidaria; espíritu libertario.

 

También hubo maestros huachinos que brindaron sus conocimientos y experiencias en diversos pueblos y escuelas pertenecientes a la provincia. Fausta Maizondo Manrique, en San Juan de Castrovirreyna. Alcira del Río Maizondo, jovial, locuaz y jocosa en Cacrillo. Rosa del Río Maizondo con sus detalles y Ciro Suárez Soldevilla con su romanticismo, en el centro minero de Caudalosa.

 

Con el mismo respeto y aprecio, saludo y resalto a los docentes que hoy, y durante los últimos años, vienen desarrollando su labor en el distrito de Huachos y en las provincias de Castrovirreyna y Chincha. Los maestros del Perú merecemos mejor trato, no sólo económico, también un reconocimiento social. Recordando siempre con José Antonio Encinas, que “El más alto cargo que un ciudadano puede desempeñar en una democracia es el de maestro de escuela” ¡FELIZ DÍA DEL MAESTRO!

 

Publicado en Facebook por Ferrer Maizondo Saldaña - huachossperu@gmail.com

 

 

 

RELACIONADAS

SUSCRÍBASE AL BOLETÍN DE HUACHOS.COM

Recibe las últimas noticias del día

Su Nombre Completo
Correo Electrónico


TE PUEDE INTERESAR
Escribe tu comentario
Multimedia
HUANCAVELICA
ica
Entretenimiento
Rome Reports
Pandemia