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Intervención policial en caso de flagrancia debe contar con la opinión y aval de los periodistas

Eso es lo que más o menos dan a entender los medios de comunicación y sus derivados sobre la imperfecta intervención de las fuerzas del orden en la discoteca de Los Olivos.

Gonzáles Prada decía, es hora de extirpar el mal, en el acto. No esperar la llegada de guantes blancos. En ese sentido la policía tenía que actuar, porque los infractores no obedecían, y más bien respondían -con prepotencias- lanzando botellas.
Gonzáles Prada decía, es hora de extirpar el mal, en el acto. No esperar la llegada de guantes blancos. En ese sentido la policía tenía que actuar, porque los infractores no obedecían, y más bien respondían -con prepotencias- lanzando botellas.

 



  Por: Eucadio Gutiérrez Solano   

Mag. Químico-farmacéutico y periodista

 

Radio Programas, Exitosa, otros medios de comunicación, como Cuarto Poder,  y los opinólogos atacan – arteramente- a la PNP, por el caso de 13 muertes producidas en Los Olivos, por intervención policial.

 

Para que la PNP actúe en salvaguarda de la ley  durante la cuarentena, los custodios de orden, en primer lugar debían consultar a ellos, pues “los periodistas”, se creen ser los dueños de la verdad, como tales poseedores de recetas y enseñanzas, y con autoridad moral,  condicionando a las autoridades para que adopten las reglas de sus pareceres,  como dejan entrever en sus comentarios y entrevistas, que escuchamos con frecuencia. Salvo algunas excepciones, que conocen su profesión.

 

Luego, determinados “abogadillos” llamados penalistas, intuyen que los policías deben ser denunciados penalmente. Qué raro. Incluso el General PNP, Eduardo Pérez Rocha, ex Director de la PNP, avala lo que dicen los periodistas y se ampara en el video captado en el momento de la intervención policial. Estos seres súper sabios, tienen el cuajo de cuestionar la actuación de los profesionales que son los policías.

 

 

Para los medios de información, el General Pérez Rocha y opinólogos de una quinta de mal vivir, la PNP debía haber ensayado, practicado -para no cometer errores, como reclamaba Mario Moreno Cantinflas, antes de la filmación de una película. Se dice ahora que la PNP, cerró la puerta, del antro de corrupción, provocando muerte femenina (12).

 

Este mismo libreto usaron los críticos superdotados cuando el Capitán del Ejército Peruano, Cuevas, dio una cachetada al infractor grosero de una cuarentena. Cuevas, increíblemente fue sancionado: ¡Santo Evangelio! Fustigar el accionar del Oficial del Ejército, derramando lágrimas y clamando por el insolente ciudadano que lejos de respetar y cumplir con las órdenes del militar, durante la cuarentena, que  actúo cual fuese un delincuente contra el Capitán Cuevas, es ser un perfecto mediocre, sin criterio, que nos preocupa.    


Gonzáles Prada decía, es hora de extirpar el mal, en el acto. No esperar la llegada de guantes blancos. En ese sentido la policía tenía que actuar, porque los infractores no obedecían, y más bien respondían -con prepotencias- lanzando botellas.  

 

 

Los fiscales, jueces y policías responden a la necesidad de millones de peruanos que quieren vivir en paz y cumplir con los protocolos dados por el gobierno, sin violar las normas. Pero las personas de la discoteca delinquieron, ¿a ellos debemos tratarlos con “guantes blancos”?, según muchos periodistas.

 

Eso no es de ahora, ayer se crucificaba a los policías cuando intervenían a los delincuentes, hablando de derechos humanos y de ejecuciones extrajudiciales. Es decir, en el momento de la actuación policial debía estar el fiscal, defendiendo indudablemente a los delincuentes y criminales, para uqe no haya ningún disparo ni jalón.  Hoy la prensa, descerebrada, sigue atacando a la PNP, escarbando minuciosamente los errores cometidos. ¿Quién escrudiña sus vidas y andanzas?


Los pensadores han dicho: “quien no hace nada no comete errores”.

 

Debemos precisar, nadie sabe el momento de lo que podía ocurrir. Sucedió lo no planificado. Nadie organiza un crimen, o muertes a nivel de profesionales sensatos. Pasó lo inesperado. Por ejemplo, quién sabe que le van a robar. Si supiera se habría cuidado.


Hemos estado monitoreando a los periodistas que trabajan en las radios y televisoras en un 99 por ciento, no saben ni las reglas de ortografía, comenten yerros garrafales, dando un pésimo ejemplo a los niños y demás oyentes. Pongamos un solo ejemplo: estos “doctos”, repiten a menudo: “valga la redundancia”. Nos reímos, jajajaja, ¿en qué parte del diccionario dice así? Entonces, pues, no se debe mirar la paja en ojo ajeno. Matar la inteligencia y saber de los niños, es un crimen de lesa cultural. Los niños copian a los periodistas, aprenden, decir: “valga la redundancia”. ¿Eso está bien?


Lamentablemente en los últimos años, la calidad periodística ha descendido hasta el sótano. Cualquiera es periodista, hasta un fumón y delincuente puede hacer prensa.


Nos indigna que los periodistas funjan de sabelotodo para imponer sus ideas insubsistentes, producto del empirismo mental. Que estos den recetas y recomendaciones a las autoridades y gobiernos, no siendo especialistas. Es el colmo. Incluso, en caso del CORONAVIRUS, quieren saber más que los expertos.

 

 

 

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