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La educación peruana un desastre en manos de fuerzas que diseñan el consumismo

La educación peruana, está diseñada, para consumir, para comprar. Y, en el campo mental para la domesticación del hombre, dispuesto a aceptar el destino de ser simplemente un agente económico.

El coronavirus nos debe servir para reflexionar que ese camino del sistema de consumo desenfrenado que hemos adoptado como paradigma nos puede llevar hacia la autodestrucción.
El coronavirus nos debe servir para reflexionar que ese camino del sistema de consumo desenfrenado que hemos adoptado como paradigma nos puede llevar hacia la autodestrucción.

 



Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista


Salta el pus por todos lados y el mal es cantado, de rodillas, por la prensa corrupta, monigote de los explotadores y asesinos. Se trata de la escandalosa compra de útiles escolares que tienen colgados del cuello a los padres de familia, ante el inicio de las labores escolares. Varias cuestiones medulares van unido con la compra de útiles y uniformes escolares como son: compra de libros, la pensión escolar,  la calidad educativa, la vacancia para los niños.

 

Para el común de la gente esto es normal, sucede siempre en los últimos años. Solamente queda quejarse y romperse la cabeza buscando la solución, cuando el causante y promotor del mal es el gobierno, vasallo de las potencias económicas.

 

El modelo educativo peruano y el sistema educativo nacional están diseñados por las potencias económicas. Eso todo lo sabemos, hasta se tuvo de Ministro de Educación, a Saavedra,  un labriego y porta voz del Fondo Monetario Internacional, donde se cocina el modelo más apropiado para los países subdesarrollados, pero veneno para la realidad nacional.  

 

 

 

El modelo es tan simple. La educación peruana está diseñada para el consumo y preparación del cholo barato, muy hábil  y competente, acrítico, para el servicio de las potencias. Partiendo de este dogma -de la formación del hombre peruano-se formuló la educación peruana, para cumplir, a pie de la letra, las recetas y propuestas del Fondo Monetario Internacional.

 

 

 

Resultando, así, los profesores y padres de familia, los perfectos rumiantes de la educación tóxica, explotadora e inhumana que se imparte en el Perú. Pues ellos tienen que cumplir con la planificación del Estado, que tienen un diseño formulado para el bienestar de las potencias económicas, para que el rico siga siendo más rico e inhumano, y el pobre un simple trabajador.

 

Dos venenos matan al hombre peruano: la pedagogía tóxica y la cuestión económica. Así como se combate la trasmisión y contagio mundial de las bacterias, hongos y virus, de alta mortalidad, se debe poner freno al contagio mental, de adormecimiento cerebral, que se diseñan y se dan como menú a los países pobres.  

 

El común de los padres de familia debe saber que la excesiva compra de útiles, solamente favorece a las potencias, y no al pueblo. Se trata de una especie de droga que los padres consumen y comprar, pensando que sus hijos así serán mejores. Falso de toda falsedad. Nos preguntamos, ¿a quién beneficia si un padre de familia, gasta un promedio de 500  soles, los de menor recurso? Sencillamente a los industriales, a los productores, vale decir es para el engorde de los millonarios, en la generalidad de los casos.

 

 

 

 

Ahora, en el Perú, la astronómica receta formulada por el gobierno, es un cuento chino, pues más allá de las ferias de útiles escolares, de la Capital, en un 90 por ciento de las escuelas o colegios, de los lugares rurales no tienen librerías, ni mucho menos los padres cuentan con recursos económicos. Entonces, surge lo imposible, la contradicción insalvable.

 

 

 

De modo, la educación peruana, está diseñada, para consumir, para comprar. Y, en el campo mental para la domesticación del hombre, de mentalidad conservadora y comprendedora de su pobreza, dispuesto a aceptar el destino que le tocó vivir. 

 

El deber central de los escolares es hacer, trabajar, ser diestros en la manipulación. Los látigos son las rutas de aprendizaje, preparados por escuálidos mentales.  La educación nacional tiene otro camino, otra ruta, que es obra de los maestros, y no de recetistas de cocina. Cuando los maestros recuperen su libertad la educación peruana habrá cambiado.

 

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