En OPINIÓN LIBRE |

La inventores de la tortura china en tiempos de la economía globalizada

El caso de la empresa minera Shougang y la inversión china en el Perú.

Por: Juan Sheput

Desde hace mucho tiempo pobladores de Marcona se quejan de esta minera y no se hace nada. Deberíamos tener un poco de dignidad y hacernos respetar. Bienvenida la inversión pero con respeto.

Como recordándonos de qué tipo es la inversión china que hay en nuestro país, a poco de partir el primer ministro de China Li Keqiang estalló un conflicto en la localidad de Marcona, localidad ubicada en Ica en donde existe una explotación de cobre a cargo de la empresa Shougang que pertenece al estado chino. El estallido de violencia dejó como saldo un muerto, un obrero peruano, que pasó desapercibido tal vez porque el conflicto era “uno más” en medio de la violencia que azota nuestro país, o tal vez porque ya estamos acostumbrados a que la población se levante en Marcona y, literalmente, no pase nada.

Shougang Hierro Perú no tiene freno en sus actividades en nuestro país. Da la impresión que no le interesan las leyes peruanas y permanentemente abusa de sus trabajadores, los cuales se quejan en diversas instancias y no son escuchados ni atendidos. Esta es de repente la peor de las privatizaciones que se hizo durante el gobierno de Alberto Fujimori con una serie de facilidades para la empresa china que en otro país, con mayor dignidad y soberanía, ya se habrían revisado. Como señalan los habitantes de Marcona, allí la minera decide qué se hace y qué no se hace, dispone de qué manera se debe expandir la ciudad, controla las dotaciones de agua, de luz y hasta de seguridad, las quejas de los pobladores caen en saco roto. Los dispositivos laborales no existen o si existen a la minera china no le importan. No admite supervisiones laborales o cuando se hacen son parte de un escenario bien montado. Lo más lamentable de todo es que autoridades y políticos se hacen de la vista gorda ante el drama que viven Marcona y los empleados y obreros de Shougang. A pesar de ello el Gobierno se regodea firmando convenios con un país que no ha renegado del comunismo y en el cual no se respetan los derechos humanos a plenitud.

El hecho que China sea el destino de muchas de nuestras exportaciones y destino turístico de algunos de nuestros políticos no debe significar que cedamos soberanía. Deberíamos aprender un poquito de nuestros vecinos que se comportan con mayor dignidad. Y los chinos deben entender que las leyes se deben respetar y eso empieza por el respeto a nuestros compatriotas que sufren condiciones de trabajo por deba­jo de estándares internacionales.

Fuente: Diario Exitosa

Sobre el autor: Ingeniero Industrial de profesión, matemático por afición y político por vocación. Dedicado al estudio de la ingeniería, la innovación, el desarrollo territorial y la prospectiva como fuente de generación de políticas públicas.






 


 

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