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La verdad relativa de Mario Amoretti y su médula fujimorista

La posición de Amoretti se parece mucho a la del inefable presidente de EE. UU. D. Trump que despedaza la realidad objetiva según sus caprichos e intereses del momento.

 



Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

 

 

El destacado abogado Mario Amoretti Pachas dice desde allá arriba de su pedestal como si fuese el Trump cholo: "No hay verdad absoluta. Todo es relativo. Nadie es dueño de la verdad. Cada científico tiene su verdad, expresado con argumentos sólidos. El vulgo tiene también su parecer.


Asociando con el caso Keiko Fujimori, el jurista chinchano afirma a los cuatro vientos que “es inaudito que a autores de hechos delictivos la fiscalía los considere como testigos protegidos generando impunidad…”, “El contenido de las conversaciones de los chats del grupo denominado “La Botica” fue incluido sin haberse ofrecido y actuado, razón por la cual no tiene valor probatorio…” (La República 03-11-18, pág. 11), atentando contra la verdad objetiva.

Pero un profesional de nivel como Mario Amoretti tiene que tener precisión científica para argumentar lo que dice, no desde el punto de vista totalitario. Su conjetura es una más de tantos análisis, de muchas conjeturas.

 

 

El absolutismo mental, de inducir que un criterio sea omnímodo e inapelable, es no ajustarse a la percepción científica y objetiva de los analistas.

 


El penalista Amoretti tiene la certeza -al cien por ciento- que el fiscal “ha vulnerado los derechos fundamentales”. Eso no es tan cierto científicamente. Aún desde el campo jurídico los actuados, expresado por muchos analistas, el proceso seguido por el Fiscal Domingo Pérez y el juez Concepción Carhuancho, tienen argumentos sólidos. Indudablemente en la praxis, para hallar la verdad, tiene que haber diferentes posiciones, diversas aristas, incluso divergentes, sumatorias o consuetudinarios.  El absolutismo mental, de inducir que un criterio sea omnímodo e inapelable, es no ajustarse a la percepción científica de los analistas.

De modo, la posición de Amoretti Pachas cae por los suelos por pretender que el fiscal o el juez prosiga como ciegos y mudos, tomando nota, a pie juntillas, la directriz del órgano pertinente, sin tener en cuenta el producto de su investigación. Esto es convertir a un magistrado en un muñeco, sin cerebro discerniente. Toda investigación científica trabaja con varias hipótesis, y no a ojo cerrado.  La autoridad judicial no es un caballo de mala costumbre al que se les adiestra colocándoles un tapa ojos para que no se desvíe del camino. Es un investigador, que ve detalles que muchos no observan.

Los elementos de convicción no son recetas de cocina que los fiscales tienen que seguir cual un minusválido, sino son todos los elementos posibles vistos por un escudriñador de calidad y cuajado.

El Dr. Amoretti parece que no aprendió las lecciones del extraordinario penalista Luis Roy Freyre. Además, como docente universitario debe tener una mente abierta para cuestionar desde la ciencia los hechos judiciales.

La posición de Mario Amoretti Pachas en momentos que el pueblo peruano viene luchando para desterrar la corrupción, demuestra que tiene un corazón keikista. Puede tener opinión divergente. Eso es normal, pero decir que su “verdad”, es la verdad universal, motiva que cualquier pensante desmorone la dictadura mental de Mario Amoretti.  

NB: Los artículos publicados en esta Sección Opinión Libre son de entera responsabilidad de su autor. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com

 

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