En OPINIÓN LIBRE |

Manejo en las pistas y las carreteras del país

Imprudencia criminal y anomia.

Carretera Panamericana Sur, entre Ica y Nasca

 

Por: Oswaldo Carpio Villegas - Profesor en Marketing Político

 
La enorme irresponsabilidad, imprudencia, falta de respeto a las normas en nuestro pareciera haber conseguido arraigarse.

La conducta del chofer que en plena curva en la carretera de Nazca intenta pasar a un camión a muy alta velocidad no es aislada. Es digna de alabanza la pericia del chofer del ómnibus que al encontrarse cara a cara con la muerte, pone a salvo a medio centenar de vidas al ocupar el pequeño espacio del retiro de la carretera prácticamente inexistente por el estado de descuido y abandono. El chofer del camión sobrepasado en plena curva ascendente contribuyó a salvar las valiosas vidas de medio centenar de personas, poniendo en riesgo la vida. Una conducta heroica: un acto de amor en medio de la temeraria conducta del otro.

A diario vemos en las ciudades y las carreteras a choferes de todos los sectores sociales que conducen en forma temeraria y prepotente a alta velocidad, al filo de la navaja, al borde de la ley o violando abiertamente las normas. Se trata de una cultura límite, una conducta borderline, en la que se  juega con la vida propia y la de los demás impidiendo la vida civilizada.

¿La mayoría de las personas que conducen un vehículo piensa en los demás e intenta respetar al otro? ¿El otro existe en la conducta y hábitos diarios? ¿Existimos para el otro en la vida cotidiana? En la conducta neurótica de la vida cotidiana pareciera que hemos dejado de pensar en el otro como alguien semejante. ¿O tal vez como no nos respetamos a nosotros mismos no podemos respetar al otro?

En el Perú cada vez más crece la conducta inconsciente, agresiva y violenta en las calles, las pistas y las carreteras, expresión de que algo enfermo anida en la vida de un amplio grupo de peruanos. Se trata de una psicopatía muy agresiva que se manifiesta en palabras, gritos e insultos racistas o denigratorios hacia el otro; o en las agresiones verbales y físicas contra la policía que intenta, tímidamente, poner orden y que han salido a luz luego de aprobarse en el nuevo Código Procesal Penal el delito de flagrancia. Curiosamente, en las redes sociales un amplio número de personas aprueban conductas agresivas contra las autoridades policiales así como el respaldo a la norma exigiendo aún penas más severas. Nos conducimos hacia los extremos y no hacia el centro, la armonía, la justicia. Aplicar la ley tiene un cierto sentido de venganza.

El tánatos pareciera gobernar las carreteras, las pistas, los barrios y los hogares. Prácticamente toda la vida social del país. Pareciera que hemos perdido el centro.

Conducir un vehículo en las ciudades del Perú es exponerse a una alta dosis de violencia; una profunda violencia larvada a lo largo de décadas porque  resulta inverosímil haber llegado a este punto de la noche a la mañana. No se trata de hechos aislados. Es una conducta nacional la que hay que modificar y pronto.

Estas brutales manifestaciones de violencia nos llevan a preguntarnos si existe o no el amor al prójimo que es la base fundamental del cristianismo. ¿Es el Perú un país cristiano con las consecuencias que se deben manifestar cotidianamente de la idea del amor al prójimo como  idea y sentimiento fundamental?

 
« Pareciera que en nuestro país pensar en el otro con respeto es cosa de débiles, tontos o ridículos seres respetuosos de la ley. ¡Estamos en el Perú, pásate la luz roja! »


En los hechos se pone de manifiesto a un amplio sector de peruanos de todos los sectores sociales para los  cuales el otro pareciera no  existir o existe como subordinado, un ser inferior por razones étnicas y raciales, ser al que se puede  maltratar o al que se debe maltratar pues se niega la posibilidad de ser iguales. El otro no es igual a mi porque no pertenece a mi sector social o porque es un cholo, un indio, un zambo o un negro.

La vida moderna nació con la idea de la fraternidad, la solidaridad. La gran revolución francesa al recuperar la centralidad del ser humano expresó el cambio en las ideas de libertad, igualdad, fraternidad y soberanía popular.
 
Pero fraternidad o solidaridad, manifestada en el respeto, compasión y amor al prójimo es un sentimiento ausente cotidianamente.

Me he preguntado y cada vez con mayor frecuencia si  es posible respetar al otro; si no nos respetamos a nosotros mismos, no nos identificamos y no nos queremos, ¿podremos amar y respetar al prójimo? ¿Es  posible ver en el otro a alguien semejante a uno y respetarlo?

En la sociedad peruana en general percibo que se ha impuesto la moral de la pendejada consistente en buscar la forma de considerar al otro como un medio y no como un fin. Si es un medio, el otro puede ser "atrasado", engañado y se le puede mentir, robar, burlado y esquilmado no cumpliéndose las mínimas normas morales que hacen posible la convivencia civilizada.

El país ha llegado al límite. Se discuten los “grandes temas” pero no se reflexiona y se suma fuerzas en los asuntos básicos como el respeto a las leyes, la educación, los valores morales, la conducta y los hábitos que nos permitan vivir civilizadamente.

¿No es una demostración de anomia que haya, prácticamente, veinte candidatos a la presidencia de la república? ¿No es una muestra de la fractura social y política del país? ¿No es una conducta borderline  que tantos se lancen a la aventura de la presidencia de la república y que no sean capaces de unirse y confiar? ¿Se sienten como el chófer del camión que todo lo puede burlándose de los demás, poniendo en riesgo su propia vida y la de los otros?  

En el video encontramos a tres actores: uno temerario y de conducta criminal; un segundo actor, el chofer del ómnibus que salva con pericia la vida propia y la del medio centenar de personas del ómnibus y la del chofer del camión sobrepasado que saliéndose parcialmente de la carretera y poniendo en peligro su propia vida, contribuyó a crear un espacio para que el chofer del ómnibus logre salvar el medio centenar de vidas humanas. Hay esperanza… y sin embargo, el que puso en peligro a los demás huyó cobardemente y no ha sido sancionado hasta hoy. La impunidad es un peligro para todos.
 

BUS DE TRANSPORTES CUEVA CASI TERMINA EN TRAGEDIAMira la imprudencia de una bestia al volante y la rápida reacción del conductor de la Empresa "CUEVA" que salvó muchas vidas. El vídeo fue grabado el 26 de noviembre.Video: Jesus Reyes

Posted by Nasca De Nasca on lunes, 28 de diciembre de 2015
 

 

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