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“Néstor el ermitaño de Chilcaní”

La narrativa yanina, contribuye de manera significativa al contenido cultural de nuestra región y por qué no decir de nuestra sociedad.

Caserio de Chilcani, distrito San Juan de Yánac - provincia de Chincha.

 

Por: David Vilcapuma Gutiérrez

Licenciado en Educación


Don Néstor, un hombre de corazón bueno, humilde, valiente y trabajador, tocado por Dios, de fe inquebrantable, quién bordea ya los 90 años, camina a paso lento pero seguro, tenaz e implacable en sus acciones. Vive franciscanamente en su santa tierra del fundo Chilcaní, anexo San Luis de Huañupiza, distrito de San Juan de Yánac, provincia de Chincha Alta.          

 

Su rostro serio y mirada fija, refleja su carácter firme y su buen sentido del humor, quien durante su niñez también supo lo que es vivir en la escasez, sus ojos vieron muchos sucesos dolorosos, que otros no pudieron ver, pero a pesar de todo sigue siendo una persona llena de magia y alegría, que a sus años ha dejado muchas vivencias atrás.

 

Encaminó los pasos de sus hijos, significando el ejemplo de superación y trabajo, compromiso, responsabilidad, amor y respeto con la familia, valores que han orientado su vida. A sus años aún cultiva la tierra, siembra y cosecha con alegría, lleva la chacra en la sangre; cría sus vacas y elabora sabrosos quesos caseros.

 

 

Vive una vida ermitaño, desde que  falleció su esposa, donde se sintió totalmente  destruido, lloraba sin cesar, estaba desteñido de tristeza. En su dolor intenso balbuceaba silenciosamente y decía. - hiciste lo mejor que pudiste hija, yo también, tenemos que perdonarnos. –perdóname mi vida, perdóname.

 

Néstor llevó el luto como correspondía, fue un viudo condolido y prudente, años después se llena de optimismo y vitalidad, encontrando la fuente de la eterna juventud, se ilusionó de la vida y desde entonces vive intensamente refugiado en su finca con la bendición de Dios.

 

Sus hijos apenas culminaron la primaria, emigraron a otras ciudades, donde con esfuerzo lograron estudiar, algunos se hicieron profesionales, otros lograron mejores proyectos de vida, y desde la lejanía siempre están atentos de su padre, a veces dicen sentir la angustiosa barrera de no poder ir a verlos, creo que también existen algunos vínculos muy complejos.          

 

Néstor, está muy lúcido es fuente inagotable de la sabiduría, ama las costumbres y creencias de su pueblo, muchas experiencias vivas están intactas en la memoria del ermitaño, para desarrollar cruciales capítulos de creaciones y tratados de la narrativa andina.

 

Su vida diaria retrata su mundo solitario, identificándose con la naturaleza que abunda en su tierra, cómo el paisaje, las plantas, los animales y las avecillas del campo. El amor por su tierra mantiene vivo su identidad nacional, y engrandece la gran sensibilidad humana que posee para enfrentar con valentía su modo de vida penitente, dedicando su tiempo a la meditación, logrando de a poco sellar su acercamiento con Dios.

 

Cuenta también que a veces conversa con las mariposas del campo a las que las ahuyentan con calma, para que no las inquiete en sus oraciones diarias con Dios. Los recuerdos de sus años mozos vienen siempre inquietantes como si una bandada de golondrinas revoloteara sobre el campo eriazo que era su corazón.

 

Creció donde el castigo era la forma de imponerse, aprendió a mandar como su padre, de modo arbitrario e inflexible, pero conforme pasaba el tiempo fue amoldando su carácter y personalidad, siendo noble y buen siervo de Dios.

 

Tiene fama de ser un hombre recio, pero él es estimable y educado, de manera amable un poco dominante y posesiva. Era católico practicante que se confesaba con frecuencia y comulgaba en todas las misas de las fiestas costumbristas de los pueblos andinos.

 

Hoy convertido en hijo de Dios vive su vida intensamente con fe y esperanza, compartiendo con alegría sus experiencias con el señor. Para él los años no importan, él es la esencia de una generación donde se transmitía el mismo mensaje de padre a hijo.

 

Sus descendientes casi no están de acuerdo con la forma de vida que ha elegido para vivir, sin embargo tienen la certeza que para él es una inmensa felicidad vivir en la forma cómo vive y lo disfruta.

 

Chincha, noviembre de 2021

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