Por: David Auris Villegas - Escritor/Pedagogo

Ante la desopilante y encarnizada competencia cognitiva, como la rimbombante expresión de nuestra humanidad en nombre de la natural supervivencia al que irremediablemente fuimos engullidos como homo sapienes sapienes, resurge voces pedagógicas éticas que pretende  revertir nuestro oscuro destino, buscando y construyendo espacios solidarios al interior de su entorno formativo en aras de formar un mejor ciudadano.

La educación de la sociedad bajo el marco de la pedagogía ética, engendra ciudadanos y ciudadanas morales, traduciéndose en una masiva actitud solidaria a mediano y largo plazo, sobreponiendo los intereses individuales al interior de la colectividad, parafraseando a la pedagoga y antropóloga siria, Ikram Antaki.

Este proceso pedagógico ético, ancla alguno de sus aristas en el poder de la individualidad contribuyendo a la colectividad, apelando al amor universal de Jesucristo; la veracidad del viejo Confucio y la ineludible virtud de Sócrates, como algunos teóricos fundacionales que nos permitirá pergeñar esta aventura solidaria.
 

Confucio, impulsaba que los seres humanos han de ser educados bajo una pedagogía ética para  lograr construir ciudadanas y ciudadanos empoderados de una adecuada conducta, con el objetivo de lograr la paz universal, aunque parezca una vana utopía, es posible hoy con las herramientas teóricas que la pedagogía ética permite.

Aquel que solía responder con una repregunta, Sócrates desde los tiempos pretéritos, infatigablemente nos invita hacer el bien a los demás para el logro de una vida feliz en el concierto mundial, ampliando su patrimonio moral como única riqueza inmaterial transferible de generación a generación.

Siendo indispensable una convivencia ética, considerando el rol principal de la Pedagogía ética, alrededor de la vida del ser humano como responsable de nuestro único hábitat, la tierra gris, es impostergable actualizar y compartir en la práctica y la teoría pedagógica en las aulas, acudiendo a las ideas de los pensadores citados como punta de lanza y anclaje de este enfoque educativo, para lograr la construcción de una ciudadanía universal soberbiamente ética como uno de los más grandes desafíos de la humanidad, lograr la convivencia ética y solidaria prescindiendo trasnochadas ridiculeces.

@davidauris