En OPINIÓN LIBRE |

Perú le coquetea y les hace guiños a la OCDE ¿bueno o malo?

Formar parte de esta organización internacional no es para cualquiera hay que mostrar "buenas notas" de gobernabilidad y transparencia.

 

Por: Luis E. Forero Medina

Abogado/Especialista en Saluderecho

 
 
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), fundada hace más de medio siglo, con sede central en el Chateau de la Muette en Paris, Francia,  es el “club de las buenas prácticas” compuesto por 34 países, entre los que se encuentran los  más poderosos del mundo.
 
Ingresar a la OCDE no es como comprar un boleto para una obra de teatro; en la región  México y Chile son socios  de esa Organización.

El Perú durante el presente quinquenio presidencial se envalentonó por  entrar en la OCDE, y como todo país que pretenda caminar por sus senderos, debe pasar unas pruebas para después someterse al viacrucis.

Por lo que ha sucedido en otras naciones , la clase trabajadora colocaría una cuota inicial muy dolorosa  para adquirir el boleto de entrada a la OCDE.

El presidente Ollanta  ha considerado  que  el país debe ya formar parte de la OCDE, por su condición de alto desarrollo humano, sin embargo han transcurrido cuatro años desde  su visita a París con ese propósito,  y aún la OCDE no le concede el visado.

La mayoría de candidatos para la presidencia de el Perú, no se ocupan en sus programas de gobierno de ese organismo internacional. Kenko Fujomori sobre la base  que en el Perú existen 100 distritos que, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en  2014 mostraban, y aún siguen presentando  indicadores de pobreza monetaria y multidimensional,  no corresponde a un país aspirante a ser miembro de la OCDE. De esta forma se acabaría el lobby que este gobierno le hace a la OCDE y se sellaría la puerta de entrada a la OCDE por lo menos por 5 años.  
 
 
 
 
 
                   En la otra orilla está el  ex presidente Alán  que es de  la línea de su colega Ollanta, y cree que ahora el país debe ser incorporado a la OCDE, a fin de alcanzar un sitial entre las Naciones más poderosas del mundo. En sus anteriores presidencias dejó a un lado ese tema.                    

 

 


La población pobre de Chile y México está lejos de beneficiarse por el ingreso a ese exclusivo club. En México que abordó  hace 22 años a la OCDE, una de cada cinco personas es pobre, y es   uno de los países con la tasa más baja de trabajo entre las personas con 25 y 54 años de edad. El   52% de las mexicanas no tienen un empleo remunerado,  siendo el país azteca , de acuerdo al informe “Panorama de la sociedad 2014”, el que tiene una de las más altas tasas de empleo informal;  en Chiapas el  84.2% de  empleos son informales.

Chile  vive una “pobreza dura”, es uno de los países más desiguales del Continente, se ubica en el 3er peor lugar en ámbito laboral,  y  una de las jornadas laborales más grandes del planeta, más de 2.000 horas anuales.

España que es miembro de la OCDE  alcanza un paro o desempleo inatajable. El ingreso a la OCDE tampoco es gratis, esa Organización cobró al Ministerio de Empleo de  España 50.000 euros para dictaminar que la reforma laboral del 2012 estaba en la dirección correcta.

México y Chile fueron invitados por la OCDE para que se juntaran a su Club; Colombia  se auto invitó hace más de tres años, y la OCDE le colocó  una hoja de ruta que comprende al menos 23 áreas específicas y cerca de medio centenar de recomendaciones, con el fin de aprobar su ingreso que hasta el momento no se ha aprobado.





 
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