PPK y Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori.
 

El nivel y calidad de la prensa peruana está  por los suelos. Se trata de la prensa basura y  cacasena, que luego de saborear amargamente el triunfo del honor y la dignidad del pueblo, ha salido como una  jauría salvaje, decida a “matar” para seguir viviendo como hienas hambrientas  compartiendo y devorando, entre carnívoros, la carne de hermosas criaturas del paraíso.  

Han empezado a petardear  al Presidente del Perú Pedro  Pablo Kuczynski, llevándole una especie de La Biblia y aconsejándolo que se arrodille ante la postulante, hechura de la dictadura,  Keiko,   pidiéndole perdón, y que bese sus manos, proponiendo que sea llamada para un “cogobierno”, como lo sucedido en Cajamarca en 1532, en donde los criminales todavía tuvieron el desparpajo de mostrar la Biblia al Inca Atahualpa para consumar su satrapía y asesinarlo.

En estos días la prensa peruana, de la basura, ha lanzado una prédica monocorde y satánica, cual evangélicos falsos, consistente en consejos y recetas al nuevo Presidente para que en “aras de la unidad” se postre ante su rival, pedante y autoritaria, que felizmente no llegó a la Presidencia.

¿Qué recetas pueden dar estos miserables farsantes de la prensa  fujimontesinista? Lo que busca esta prensa mercenaria, es seguir sobreviviendo, recibiendo -a manos llenas- la plata de la corrupción y de la droga. Su pócima consiste en tumbar al nuevo gobierno poniéndoles zancadillas apelando a su monopolio periodístico y métodos aplicados con éxito, en su tiempo,  por Montesinos.

La herencia maldita continua, el clon de recibir rumas de billetes en la sala del otrora SIN  sigue en la sangre de los corruptos.  

La esperanza de los periodistas  y comentaristas alienados -por la plata- en última instancia, es convivir con el nuevo Gobierno supuestamente dando luces así como lo hace satanás haciendo “milagros”.

Ahora claman por la “unidad” de PPK con Keiko, mañana se abocarán  por la unidad de PPK con Montesinos y Alberto Fujimori.  En el fondo este forma de actuar es el argumento para que el la corrupción y el tráfico de la droga continuen haciendo más daño al Perú.

Esperamos que el nuevo gobierno que salvó al Perú de un “narco –estado” no se mezcle, intentando la miscibilidad entre el agua y el aceite. Las ratas tienen su sitio, si es que pululan por las calles necesita limpieza.  (Mañana enfocaremos Triunfó el  Perú, triunfó la identidad y la moral).

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