Por: Eucadio Gutiérrez Solano

ANÉCDOTA: Héctor un comunero nato, especialista en quechua, primer locutor chavinero, del año 1970, personaje con proyectos y sueños a favor de su tierra, vio que un familiar suyo se presentaba como candidato a la alcaldía de Chavín.

Teniendo en cuenta la familiaridad se alistó, muy contento, para apoyar la candidatura de su pariente. Se sumó toda la familia. Viajó por los valles de Chincha, Cañete y Pisco haciendo barra y pasando mala noche. Incluso su casa fue el lugar de campaña. Muy feliz discurría de sitio en sitio. Terminó la campaña y su familiar llegó a la alcaldía.

Héctor, después de algunos meses de espera, presentó su proyecto al novel alcalde, consistente en la “Enseñanza de Quechua en Chavín. Aguardó un mes, otro mes; un año y otro año. Nunca recibió respuesta. Así, transcurrió 4 años. Su proyecto fue mandado al tacho. El estudio tenía más de 20 años de maduración y reconocido a nivel nacional. Héctor el único “quechuista” de Chincha.

Bueno, dijo él -tal vez esto sucede por tratarse de una familia. Dejó pasar su amargura. Vio con mucho agrado una segunda oportunidad. Oro pariente era candidato a la alcaldía de Chavín. Con entusiasmo, se dijo, -esta vez lograré que el “quechua” se enseñe en la comunidad chavinera. Convenció a su familia para apoyar y trabajar por el triunfo de la raza de su madre. En esta oportunidad duplicó su esfuerzo apoyándolo al candidato. Su casa, fue pintarrajeado y llenado de propagandas como base de la agrupación. Varias veces fue visitado por el candidato. En Cañete, logramos verlo levantando sus brazos, coreando por el triunfo de su familiar.   

Vino las elecciones y ganó su familia. Ilusionado asistió a las comilonas programadas por el triunfador. Héctor creía que esta vez lograría su propósito. Espero varios ratos en la oficina al alcalde electo para conversar. Todos entraban, en tanto Héctor pasaba desapercibido, humildemente sentado en una silla. En la oficina conversaron sobre su proyecto. Allí, tuvo por respuesta fría: -vamos a estudiar el proyecto, respondió su pariente, cambiado como la pelona. Pasó un año y otro año, y nada. El proyecto nacional no fue entendido por los sátrapas.

Otro día sucedió lo más catastrófico. Héctor, fue nombrado como presidente del Comité de Fiscalización, del presupuesto participativo. Pidió la camioneta para movilizarse y ver las obras. La respuesta, fue contundente. -La movilidad tiene otras ocupaciones, y estoy muy atareado. Héctor, decepcionado hizo el último intento. En todo caso, dijo, -paga el pasaje para ir a Chavín. Le respuesta le enfrío la sangre. Pues el alcalde no les dio ni un sol, de los 40 soles que le costaba a Héctor ir y venir de Chavín. Como conclusión, muy amargo, sostuvo, -ahora sí que venga la revocatoria y lo firmaré. Es una historia real, que escuché, pusilánime al comunero Héctor. Saquen sus propias conjeturas.

Lo anterior es una muestra real de la petulancia y vanidad de las autoridades de Chavín. Cuando llegan a la alcaldía se olvidan de todo, hasta de la familia. Nosotros somos testigos de otros alcaldes olvidadizos y renuentes salvajes.   Sabemos que, muchos adláteres y seguidores del alcalde electo, sobre todo familiares, recibieron sendos regalos: como camionetas, carros y obras, por apoyar a los pseudos políticos, que se creen profetas, enviados de Dios para gobernar. Fungen ser iluminados. Tamaña ignorancia.

Lamentablemente, en Chavín todo puede suceder. Héctor visionario del desarrollo agrícola y turístico de Chavín, presentó un proyecto para irrigar a su tierra en San Florián. La construcción de esa mini represa es un elefante blanco, 4 años se encuentra abandonada a medio construir. En tanto su entorno tiene represas para cada chacra. Esto es el colmo de los colmos. Seguiremos.