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Trabajo decente: Cambiando el chip en un mundo globalizado

En Latinoamérica hay ocho países, entre los cuales el Perú, para cuyos ciudadanos el principal problema que afrontan cuotidianamente es el desempleo.

 

Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho 

 

Hace 20 años se introdujo en el derecho del trabajo el término “trabajo decente”, cuando Juan Somavia, Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), desde marzo de 1999 hasta septiembre de 2012, presentó a la Conferencia Internacional del Trabajo su Programa de Trabajo Decente.

 

De esta manera, Somavia de nacionalidad chilena y el primer representante del hemisferio sur en dirigir la OIT, empotra en el derecho laboral el mencionado concepto, que se distingue por cuatro objetivos estratégicos: los derechos en el trabajo, las oportunidades de empleo, la protección social y el diálogo social.

 

El Trabajo decente e indecente lo define la OIT, el primero como “un concepto que busca expresar lo que debería ser, en el mundo globalizado, un buen trabajo o un empleo digno”.  

 

El trabajo que no es decente, es que se realiza sin respeto a los principios y derechos laborales fundamentales, ni el que no permite un ingreso justo y proporcional al esfuerzo realizado, sin discriminación de género o de cualquier otro tipo, ni el que se lleva a cabo sin protección social, ni aquel que excluye el diálogo social y el tripartismo.

 

El Objetivo 8 de la Agenda 2030, tiene que ver con lograr empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos los hombres y mujeres para 2030.

 

En este   camino de dos décadas recorridas hacia empleos decentes, en Perú el 73% de su fuerza de trabajo, más de 12 millones de nacionales trabajan de manera informal, la mayoría son mujeres, indica el Instituto Nacional de Estadística e Informática de Perú (INEI).

 

 

 

Los informales están excluidos de todos los derechos a que acceden los trabajadores formales, como derecho a baja laboral, seguro médico y pensión de jubilación. El índice de informalidad laboral en América Latina y el Caribe alcanza el 53%, y afecta a casi 140 millones de trabajadores.

 

 

En el Perú, más de 1 millón de niños trabajan, gran cantidad en el sector algodón. En América Latina y el Caribe ese flagelo afecta a 10,5 millones de niños.

 

En este país, cerca de un millón de peruanos con discapacidad está en edad de trabajar, un 43,6 % tiene entre 15 y 64 años; afectados por la tasa de desempleo que en este colectivo es 12,1 %, cerca de tres veces la tasa de desempleo general.

 

Hay ocho países en Latinoamérica, incluido el Perú, en donde la percepción ciudadana es el que el problema que afrontan es el desempleo, incrementado en el país inca por el cierre del Congreso de la República. En el mundo hay unos 200 millones de personas desempleadas y otro tanto que trabajan de manera informal.

 

Los más y mejores empleos, esto es el trabajo decente, de calidad va dirigido a todos, sin excluir a persona alguna; a   la población joven, a quienes desempeñan trabajo doméstico, refugiados, migrantes, trabajadores rurales, en condición de Discapacidad, adultos mayores, trabajadores particulares y públicos; a las mujeres; es decir “para toda la población en edad de trabajar, con condiciones de trabajo decentes”, según la ONU.

 

“Pero quienes más sufren el desempleo y las disparidades en materia de salarios y oportunidades son las mujeres”, precisó el Banco Mundial.  En todo el mundo, el 55% de las mujeres participan en la fuerza laboral versus un 82% de los hombres; otras no son remuneradas por su labor. En la región, la tasa de desempleo de las mujeres es un 30% más alta que la de los hombres.

 

De acuerdo al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), las mujeres en nuestra Región siguen teniendo un 30% menos de probabilidades que los hombres de tener un empleo, y una mayor probabilidad de ser pobres y llegar a la vejez sin una pensión decente. ¿Cómo cambiamos esa realidad?, precisó.

 

La receta para encarar el trabajo decente, ha sido aplicada en el Perú con varias marcas:    Las Políticas Nacionales de Empleo, “Perú, país pionero de la Alianza 8.7: hacia un país libre de trabajo infantil y trabajo forzoso”, Red Peruana de Empresas y Discapacidad, la Política Nacional de Promoción del Empleo y Autoempleo y el Plan de Trabajo 2019, hacen parte de la lista. A nivel local  los  Gobiernos locales por tener conocimiento de primera mano quien es la población con limitaciones sensoriales, promueven la  inclusión laboral de personas en condición de  discapacidad, con el Programa Conjunto sobre “Empleo y Discapacidad”.

 

Solo para sostener el vertiginoso ritmo de crecimiento poblacional y evitar que millones de personas caigan en la pobreza, se necesitan crear unos 600 millones de puestos de trabajo para el año 2030, de acuerdo al Banco Mundial.

 

En el Perú, el Consejo Nacional de Trabajo y Promoción del Empleo (CNTPE), órgano consultivo a nivel nacional en materia laboral, de empleo y de formación profesional estuvo paralizado por cinco meses el año pasado.

 

@luforero4
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