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Ultra mega operativo de la PNP por el traslado de 300 mil vacunas chinas

Las fuerzas policiales bajo las ordenes de F. Sagasti y P. Mazzetti desplegaron la artilleria pesada para trasladar las vacunas chinas del aeropuerto al almacén central de Cenares.

¿Cuánto costó el impresionante despliege de las fuerzas del orden? ¿Era necesario? Cuando todos sabemos que los ladrones de cuatro caminos no existen, los verdaderos delincuentes que haran negocio en el mercado negro con las vacunas tienen cuello blanco y corbata. (Fotomontaje)
¿Cuánto costó el impresionante despliege de las fuerzas del orden? ¿Era necesario? Cuando todos sabemos que los ladrones de cuatro caminos no existen, los verdaderos delincuentes que haran negocio en el mercado negro con las vacunas tienen cuello blanco y corbata. (Fotomontaje)

 



  Por: Eucadio Gutiérrez Solano   

Mag. Químico-farmacéutico y periodista


Un caso jamás ocurrido en el Perú se produjo anoche con la llegada de 300 mil vacunas chinas, protegidos por aire, tierra y mar, como si tenía que trasladarse miles de lingotes de oro, o millones de dólares, o 300 mil delincuentes de alta peligrosidad internacional.

 

Nada de eso revestía para el despliegue de mil policías, armados hasta los dientes, ubicados de centímetro a centímetro, parapetados en los techos, serenos, policías municipales, posiblemente con apoyo de la FBI o servicios secreto ruso, o quizás con policías armadas de la China, amén de otros refuerzos. Ya están las vacunas en el Perú, pese al más grande escandalete, promovido por el gobierno golpista y narrado, en serie, por la prensa nacional, lo que revele que los periodistas gozan de la subvención millonaria del gobierno, como se denuncia en las redes. Solamente faltaba la protección de Dios, chamanes y brujos, lo que no se difundió.

 

 

Ante tanta inversión y movimiento, posiblemente -el mal gobierno de Sagasti- pensaba que Ecuador y Chile, especialistas en quitarse el territorio peruano, estaban tras las vacunas, aunque sea de poca cantidad, algo es algo, se dirían.

 

Entonces requerían protegerse hasta los dientes. Acto seguido, con dinero en la mano, los canales de televisión y medios radiales narraban el traslado de las vacunas desde días antes, entrevistando hasta a los porteros y pasando imágenes sin interés nacional. El público muchas veces tenía que apagar su TV para no ver refritos y refritos, donde se veían a cada instante a ministros y personalidades “milagrosos” que habían logrado conseguir las vacunas. Solo faltaba salir publicado el can del Palacio de Gobierno.

 

De acuerdo al despliegue de mil policías para el traslado de 300 mil vacunas, estos días -creemos- que el gobierno de Sagasti pondrá, proporcionalmente hablando, un millón de policías para el reforzar, a los están ahora en las comisarías, y combatir a los delincuentes, seguramente apelando a los reservistas del Ejército Peruano. No puede haber discriminación e injusticia contra el pueblo. La seguridad es el grito de la ciudadanía. ¿O es que -acaso- no le interesa al gobierno golpista la seguridad ciudadana que, a toda costa, quiere ganar popularidad?

 

 

Para nosotros a la atrocidad y al extremo que ha llegado el gobierno son condenables, mientras que el pueblo pide comida y trabajo, por todos lados, no era necesario derrochar y hacer “fiesta”, para recibir 300 mil vacunas. La autopublicidad es repudiable. Ante este monstruoso suceso, el mundo desarrollado quedará estupefacto, donde la ignorancia y estupidez, como apuntaran César Hildebrandt y Marco Aurelio Denegri, a llegado a dar sus frutos.

 

 

Nadie niega el valor de las vacunas para salvar vidas.  Eso lo sabemos perfectamente. Lo que condenamos es el despliegue inadecuado, y la comida chatarra que la TV y órganos radiales, apropósito, dieran desde tempranas horas de la mañana, causando males estomacales, por la ingesta del mismo menú. La llegada de las vacunas se trata del trabajo de rutina de los gobiernos. No se refiere de una labor “sobrenatural”, excepcional, del presidente Francisco Sagasti, para bailar y hacer fiesta. Puntualizamos: vacunas sí, pero no estamos de acuerdo, por nuestra parte, con el increíble despilfarro de dinero.

 

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Un pésimo ejemplo para los gobiernos locales como Chincha, teniendo la prueba, para su traslado desde Lima, por ejemplo, de las vacunas, los 200 km de distancia, estarán resguardos por miles de policías, aviones, helicópteros y drones controlando el espacio, para evitar que los cañetanos, en el camino, se apoderen de la vacuna, como lo han hecho con las pampas de Concón y Topará. Podría ser. No lo sabemos. Pero sí debe conocer el servicio de inteligencia. Esperamos, al compás de la “música”, que el presidente Sagasti reciba la primera vacuna, a diferencia del presidente del cuerpo médico que será el último en recibir.

 

NB: Los artículos publicados en esta sección de Opinión Libre son de entera responsabilidad de sus autores. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com

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