En OPINIÓN LIBRE |

'El mito de educar', un artículo de César A. Franco Carpio desde la Tierra del Mercurio

Nos mienten y nos convencen de situaciones que son necesarias, inminentes y que todos debemos hacer causa común, sino ya fuimos….

"El mito de educar"

Siempre he tenido ese demonio metido en la cabeza que existen quienes nos quieren dominar. Mi hipótesis surge de las crónicas de conquista o colonización, como se quiera interpretar. Hace poco salió el tráiler de una película “Atahualpa, la caída del imperio Inca”. En los comentarios al trailer noté que se decía “…un puñado de españoles no hubiera podido controlar a tremenda cantidad de incas, que así como Cortes en México se valió de la Malinche, acá en Perú Pizarro se valió de las tensiones entre los pueblos conquistados por el incanato…”

Pienso que para dominar generalmente es necesario traicionar y traicionar conlleva mentir y algunos creen que ganar le da derecho a dominar…

Nos mienten y nos convencen de situaciones que son necesarias, inminentes y que todos debemos hacer causa común, sino ya fuimos…. En ese orden de ideas me aproximo a la educación, en otros aportes hice notar las palabras de un banquero acerca del “compromiso” del sector privado con la educación. Especialmente la brecha de 63 mil millones de soles en infraestructura. Queriendo impulsar las obras por impuestos citaba el ejemplo de EPM de Medellín Colombia, omitiendo un detalle la organización que cita se llama Empresas Públicas de Medellín, una empresa pública, denominada “empresa industrial y comercial del Estado” de gestión privada.

La Responsabilidad Social Empresarial de EPM en Colombia, data de antes de que se impulsarán las Obras por Impuestos. Nos están educando o informando con mitos…

Primer mito: Cerrar la brecha de infraestructura educativa para mejorar la calidad. En Huancavelica en el afán de contribuir a cerrar la brecha de infraestructura en educación inicial se crearon escuelas iniciales en centros poblados con crecimiento poblacional absolutamente negativo, (los hombres y mujeres, trabajan en otros lugares, pues la economía local no da para ejercer sus libertades), por lo tanto se llevan a sus hijos a donde laboran, poniéndolos en escuelas de su conveniencia. Por tanto; la mayor demanda que tendrá la escuela es de 10 niños como mucho. Se invierte en una escuela (bien), pero no se invierte para que la zona de influencia potencie su desarrollo en actividades agropecuarias o incluso industriales y así frenar la migración interna.

Se hacen elefantes blancos (o agrietados), dado que se invierte sin adecuarse a la realidad del territorio.

Segundo mito:  La educación es el pilar del desarrollo. No se puede negar, países como Corea del Sur, Singapur o Taiwan, que definieron políticas de mediano y largo plazo para que sus países fueran “industrializados” antes de 1990. Considero que la falacia se da en que no se trata de educación, sino, educación de calidad. A mi hijo que está aprendiendo matemática le digo, vas a la tienda con dos soles y compras un sol de pan, ¿Cuánto te devuelven? No sabe responderme, pues el profesor le enseña en una pizarra que 2 menos 1 es 1 y ya. Creo que por esa razón Finlandia plantea un modelo educativo orientado a resolver problemas y no a memorizar. Por otra parte, mucho se dice que en Japón, los únicos que no tiene que hacer reverencia al Emperador, son los educadores; pues sin educadores no hubiera emperadores.  Aquí, los criminalizamos, los ideologizamos, les pagan muy pero muy poco, y en la onda de mercado deben esforzarse en estudiar y superarse cada vez más (maestrías, doctorado, etc.)  

Podría ser que no se necesitan docentes MAS preparados, sino docentes BIEN preparados. La lógica en países que RESPETAN la educación, la profesión de educador es más valorada que los mismos ingenieros.

Tercer mito: Todo es un mito, la palabra significa: narración fabulosa de tradición oral que son contadas cómo si realmente hubieran sucedido, a esto le agrego, que sucederán. Veamos: Estaba jugando con mi hijo en la calle de mi barrio y un chofer a pesar de ir en contravía tuvo el cinismo de pedirnos que nos quitáramos de la vía. Padre e hijo van caminando, le compra un helado y el padre es el primero en tirar la envoltura al suelo, o peor aún a la acequia. El padre le enseña a su hijo a deshacerse de la basura de su casa, la ponen en la vereda de enfrente. La qué más me gusta; el político en su discurso le dice a los niños que son el futuro, que se preparen para que dirijan los destinos, pero su equipo técnico no son profesionales idóneos y hasta cuestionados.

Entonces ¿De qué me sirve decirle a mi hijo, no mientas, no tires basura, respeta las normas, si ahorita mismo, nos esforzamos por evadirlas? ¿Así nos enseñaron?



 

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