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Educación, fútbol e identidad nacional

A pesar de que no es considerado un símbolo nacional como una bandera o un escudo, el fútbol es un símbolo de auténtico espectáculo centrado en las emociones de las personas.

En el partido Argentina vs Peru por la Eliminatorias del Conmebol ocurrieron cosas extrañas, si el futbol es un deporte unificador del orgullo nacional ¿Cómo es posible aplaudir a tu adversario que viene dispuesto a destruir tus ilusiones y tus sueños?
En el partido Argentina vs Peru por la Eliminatorias del Conmebol ocurrieron cosas extrañas, si el futbol es un deporte unificador del orgullo nacional ¿Cómo es posible aplaudir a tu adversario que viene dispuesto a destruir tus ilusiones y tus sueños?

 


Por: David Auris Villegas - Escritor/Pedagogo
https://orcid.org/0000-0002-8478-6738
davidauris@gmail

 

A pesar de que no es considerado un símbolo nacional como una bandera o un escudo, el fútbol es un símbolo de auténtico espectáculo centrado en las emociones de las personas. Gracias a sus juegos dramáticos e impredecible y sus intensos duelos en el campo verdoso, cada gol arranca un grito de júbilo en las multitudes.      

 

Resulta crucial canalizar este poderoso sentimiento para desarrollar la identidad nacional en las escuelas, con el objetivo de vigorizar nuestro patriotismo. El fútbol es un deporte que estimula la pasión y es una herramienta eficaz para unir a individuos de diversas culturas bajo una misma bandera, como afirmó el legendario futbolista, Pelé, "el fútbol no es solo un juego, sino un lenguaje universal que conecta a individuos de diversas culturas y características en todo el mundo".

 

Para reforzar, la identidad nacional, según Wikipedia, se fundamenta en el concepto de nación y el sentimiento de pertenencia a una comunidad que comparten rasgos característicos, como la peruana. Precisamente ese sentimiento de país se incrementa en los partidos de fútbol, ya que un triunfo o una derrota robustece nuestra identidad de nación.  De esta manera que, así nos encontremos lejos, siempre recordamos con cariño a nuestro país.

 

Dada la coyuntura de las eliminatorias al mundial de fútbol 2026, el pasado 17 de octubre, la selección peruana, jugando de domicilio, cayó ante la selección de Argentina, con dos goles del legendario Messi, quien insólitamente fue aplaudido por muchos hinchas peruanos en el estadio. Antes del partido, ya una multitud de hinchas peruanos habían vitoreado a Messi al descender del bus y en los alrededores del hotel donde se encontraba alojado. Algo similar ocurrió hace un mes con los hinchas bolivianos, quienes en masa coreaban el nombre de Messi y la de Argentina, olvidando por un momento los colores de su país.

 

 

A raíz de estas extrañas conductas, como la de ovacionar a su verdugo, surgen ineludibles interrogantes que seguramente en las escuelas y en los medios de comunicación dará mucho que hablar: ¿Cómo es posible aplaudir a tu adversario que viene dispuesto a destruir tus ilusiones y tus sueños? ¿Los hinchas peruanos creen que elogiar al adversario incrementa la autoestima de los niños y puede contribuir a fomentar habilidades sociales, emocionales y éticas, como la capacidad de enfrentar una derrota?

 

En otro contexto, como el de una gira de exhibición o promoción del fútbol, es correcto elogiar, ovacionar, reconocer y celebrar los logros y aportes al fútbol mundial, como el más grande futbolista del primer cuarto del siglo XXI. No obstante, en esta oportunidad, creo que muchos hinchas se equivocaron, ya que Messi fue el adversario que se llevó un trozo de nuestra ilusión y felicidad. A pesar de que la selección peruana no pueda agradar a muchos compatriotas, por el afecto hacia nuestra patria y a uno mismo, considero que en estas circunstancias es más adecuado el silencio.

 

Estos acontecimientos futbolísticos nos brindan a todos, la oportunidad de aprender y reflexionar acerca de nuestra identidad nacional como ciudadanos, para que los educadores fomentemos la identidad nacional como la de querernos a sí mismos con una alta calidad de autoestima. En ese sentido, el fútbol, como un elemento aglutinador, puede impulsar y fortalecer nuestro amor patrio sin desmerecer a los demás.

 

La educación y el fútbol pueden ser herramientas beneficiosas para fortalecer la identidad nacional, siempre y cuando se aborden con cuidado la valoración de lo nuestro, sin denigrar al adversario. Es necesario potenciar nuestra autoestima colectiva como peruanos, de lo contrario, volveremos a ver las tristes ridiculeces de algunas personas despistadas, aclamando al extranjero en desmedro de nuestra selección de fútbol.

 

@davidauris

 

© David Auris Villegas. Escritor, columnista, profesor universitario y creador del ABDIV

 

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