Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

En estos 3 últimos días ratas de todo calibre, supuestos pertenecientes a la mafia de la fiscalía y el poder Judicial, llamados “expertos” constitucionalistas, ex jueces y ex fiscales -con pocas excepciones- salen al unísono con el disco rayado de que la fiscalía goza de autonomía, sin reparar que a tenor de esa autonomía la corrupción se ha generalizado, y que el pueblo peruano lo viene combatiendo. Además, la autonomía absoluta no existe. Todo es relativo.

¿Qué significa la autonomía para el poder judicial y la fiscalía?  Según las propias versiones de los más “ilustres defensores y protectores de la corrupcinón”, significa tener poder divino; por lo tanto, son intocables y de procederes omnímodos. Si alguien como el gobierno quiere poner alto a la corrupción; inmediatamente los zamarros -que durante muchos años convivieron con la corrupción- saltan como hienas, clamando que es inconstitucional y un delito hablar de ellos, debido a su alta santidad. Incluso el presidente de la República tiene que someterse la fiscalía. Tamaña insolencia y atrevimiento. 

Esto refleja, para los pensantes, que la corrupción tiene raíces profundas y se extiende por todos lados. Tal es así, que sus decisiones siempre estuvieron a favor de los mafiosos, incluso violadores, tantas veces denunciados.

Es más. Los defensores de la jerarquía de las autoridades judiciales y fiscalía consideran que ellos son como dioses, por lo que debemos aceptar sus decisiones, a ojos cerrados, sin un ápice de sugerencia y comentario.  Ellos pueden hacer lo que quieren debido a su autonomía. De tal modo, todos deben estar sujetos al jefe, aunque este sea un tremendo lagarto, sinvergüenza por los 4 costados. Pues los jefes son la máxima autoridad. Libres de toda mancha y contaminación, y así sucesivamente. Se ha llegado al extremo de investigar la declaración de presidente del Perú. El colmo de los colmos. ¿Quién pide?, el fiscal Chavarri.

Con sorpresa y mucha preocupación hemos visto que estos días han salido por los medios informativos un grupo de llamados” intelectuales” que otrora fueron ministros, jueces, fiscales y constitucionalistas, que ocuparon altos cargos, por lo que sus opiniones son de alto peso, se dijo.

 

Estamos en momentos de la lucha frontal contra la corrupción, que nadie que tenga moral puede oponerse. Pero lamentablemente, como vemos, los corruptos hacen cuerpo, se defienden con garras, uñas y dientes, lanzando gritos al cielo que son inocentes de toda culpa. Pero, ¿a quienes pueden convencer?, si los hechos cometidos son incuestionables, visibles.

Es horrible, por ejemplo, que el Congreso de la República blinde al Fiscal Chavarri y que este cuestionado personaje no quiera dejar el cargo, no obstante que el pueblo peruano, por amplia mayoría, pide su renuncia inmediata.

De otro lado es increíble, que el Colegio de Abogados del Perú, sea ciego y sordo, ante el clamor del pueblo. Esto revela que dicho organismo pareciera que es parte de la corrupción, por tanto, su contribución por la moralización de país, en donde todos estamos empeñados, sea nula.

En tanto la lucha continua. Es hora de limpiar y apoyar, sin componendas y pactos, al gobierno de Martín Vizcarra, a los fiscales y magistrados que han vuelto la esperanza al país, que hay gente honesta, cuando hay inundación de la corrupción por todos lados.

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