En OPINIÓN LIBRE |

¿Huyendo en sentido contrario?

El pánico cunde. Contrasentido y carnerismo de los habitantes del interior que huyen del mortal virus chino que solo mata los viejitos sin recursos y los pobres que viven el día al día.

La gente que se amontonan para retornar a sus tierras debe reflexionar. Creo que movilizarse de la forma que vienen haciendo no es el camino correcto, pero ¿que hacer cuando para mucha gente en Lima el ganapan de todos los dias es en la calle?
La gente que se amontonan para retornar a sus tierras debe reflexionar. Creo que movilizarse de la forma que vienen haciendo no es el camino correcto, pero ¿que hacer cuando para mucha gente en Lima el ganapan de todos los dias es en la calle?

 



Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista


Ante la burla y el engaño que se viene haciendo al pueblo peruano con el cuento de llegar al lugar de su origen corriéndose de la pandemia mundial. El CORONAVIRUS, que está causando miles y miles de muertes, donde las personas caen en cualquier lugar como pollos moquillientos.

 

La patogenia alta del virus es terrible. El pueblo se encuentra consternado y estresado. No hay nadie que esté bien. Todos estamos prácticamente encarcelados. Se trata de la vida o la muerte. Los 30 millones de habitantes queremos escaparnos. Irnos lejos de la pandemia. La ciudadanía está expuesta al contagio, algún caminante porta la muerte, el COVID-19.

 

De modo, no hay un ser en el mundo que esté libre y viva feliz. Donde vayamos la muerte nos persigue. Hubo un solo contagiado, ese uno propagó el CORONAVIRUS. Ahora hay miles de contagiados en el Perú, y de muertos pasan los 300. Mañana seguirá aumentado. ¿Culpable? El caminante.

 

El virus mortal no se traslada solo. Necesita de la persona para multiplicarse en minutos. En un día un virus puede contagiar a miles y miles de personas. Tal vez millones, debido a su reproducción, geométrica.  Se dijo no salgan de su casa. Salieron. Por la desobediencia de malos ciudadanos el Perú tiene en la actualidad miles de infectados. La capacidad médica hospitalaria ha colapsado. Infinidad de afectados quieren atenderse en forma inmediata.

 

 

 

                

Si se continúa a ese ritmo -de querer hacer sus ganas por las calles y mercados- las muertes serán catastróficas. La desesperación y la inconciencia de los que salen de su casa nos matarán a todos. Saldrán sanos, pero retornarán con el virus. Este terrible suceso no entiende los caminantes.

                                                                

 

 

 

A nivel nacional las consecuencias del mortal virus padecemos todos: huancavelicanos, huancaínos, tarapotinos …  Los que estamos fuera de nuestros lares queremos llegar pronto. Pues, hechos de esta naturaleza y peligro nunca lo hemos vivido. La desesperación y el hambre flagela sin distinción ni límite.

 

¿Por qué la mentira y el engaño digo yo? Pues es “imposible” que los caminantes lleguen a su destino.  Tal vez en 10 o 12 días, un mortal puede llegar a Tarapoto. Pero ese mortal tiene que estar preparado, y no portar peso alguno. Nosotros tenemos perfecto conocimiento de las caminatas y viajes, de día y noche. Para llegar a unos 40 K.  de distancia, normalmente, se requiere 2 días. Esto es sin portar nada. De modo, ¿cómo puede llegar una madre de familia con sus hijos a esa distancia y todavía con carga? Eso es imposible. 

 

Compartimos con la idea de que la “vida ya no es vida”. Todo se vino abajo. Estamos frente a la muerte. No por eso debemos corrernos. Aprendamos a enfrentar y vencerlo. Sobre las cenizas levantarnos. Donde sea llegará la muerte.

 

Para muchos provincianos el ganapan esta en la calle, pero con la cuarentena nadie puede estar en la calle. Cuando se vive el dia al dia....

 

Los periodistas y determinadas autoridades han lanzado gritos al cielo, abogando por los caminantes, cuando la verdad es diferente.  Una cosa es querer viajar aprovechando la oportunidad, en momentos de la pandemia. Correrse del terror mortal, complicar nuestra vida y la vida de los demás peruanos no es la solución.  Hacer cargamontón al gobierno en momentos de la guerra donde el enemigo se multiplica minuto a minuto, no parece ser sensato ni razonable.

 

La gente que se amontonan para retornar a sus tierras debe reflexionar. Creo que movilizarse de la forma que vienen haciendo no es el camino correcto. Todos tenemos problemas, ya sea quienes tenemos una choza o una casita, o somos foráneos. El enemigo mortal nos ha sorprendido. Nadie estuvo preparado. De manera luchemos todos, para lograr el triunfo.

 

A nuestro juicio los que persiguen retornar a sus pueblos, corriéndose del virus, haciendo la vida imposible al gobierno y creando problemas a sus autoridades, hubieran buscado una mejor opción.  Por ejemplo, pedir el apoyo del gobierno y de las autoridades regionales: comida y techo, hasta vencer al CORONAVIRUS. Nadie se hubiera negado en ayudarlos con un pan y un vaso de agua.  ¿Acaso, sus tierras son un paraíso? El Virus está por todos lados, unos 100 portadores llevaban CORONAVIRUS a sus destinos.  ¿Eso se quiere?

 

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