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Invertir en las personas que defienden nuestra salud: 8ª estrategia mundial de salud

Los servicios de salud pública en el Perú fueron el primer escenario de tensiones sociales el año pasado, debido a reclamos por falta de pago del bono COVID-19, cambio del régimen laboral vigente, promoción interna para trabajadores asistenciales.

La subinversión crónica en la salud y el empleo de los trabajadores de primer nivel, junto con la falta de un salario digno, ha provocado la escasez de trabajadores de la salud en todo el mundo. Esto pone en peligro los servicios de salud y asistencia social y los sistemas de salud sostenibles. Foto: Enfermeras contra el Covid19 en un hospital de Piura.
La subinversión crónica en la salud y el empleo de los trabajadores de primer nivel, junto con la falta de un salario digno, ha provocado la escasez de trabajadores de la salud en todo el mundo. Esto pone en peligro los servicios de salud y asistencia social y los sistemas de salud sostenibles. Foto: Enfermeras contra el Covid19 en un hospital de Piura.

 

Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho 


Los titulares de los periódicos son similares en todos los países: “Primera huelga general de médicos en 25 años, Está en juego la seguridad del paciente", “Los hospitales de EE.UU. amenazan con despedir a los médicos que denuncien la falta de material”, “Huelga médica: más de 20,000 médicos del Minsa iniciaron paro indefinido”, “Médicos de Essalud anuncian paro de 48 horas en demanda de mejoras laborales”.

 

Es precisamente esto último principalmente, la falta de un salario digno, lo que desincentiva a los estudiantes que piensan estudiar una disciplina como la medicina, y que se les pague a tiempo; por lo que, ante ese desafortunado ambiente laboral, emigran a capacitarse en otras profesiones diferentes a la salud. Es comparable a si no se tuviera en cuenta para nada o poco a los ingenieros, arquitectos, maestros de obra, ayudantes de construcción; las obras civiles se paralizarían o permanecerían abandonadas hasta derrumbarse.

 

Así està el sistema de salud en algunos países, cayéndose por la escasez de personal sanitario frente a las olas de epidemias, dolencias, enfermedades nuevas, prevención, rehabilitación, etcétera que deben atender. El recurso humano ya vinculado reclama el respeto de acuerdos o promesas expuestas; y ante el incumplimiento las batas blancas salen a las calles y los pacientes en los hospitales viendo la manifestación en directo, si están en condiciones, y probablemente sin habérseles efectuado la rutina médica de control respectiva.

 

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De parte y parte se defiende o no los “paros” o huelgas del personal de salud; los sindicatos en algunos casos reclaman el éxito de la huelga ya que, según sus datos, sus movimientos son secundados por alrededor del 85 % o más de los médicos; en otros lugares como España, actualmente se quejan que el Ministerio de Sanidad ha hecho oídos sordos con los galenos. En Perú recientemente se descalificó una huelga de médicos con el argumento que “El virus no hace huelga”.

 

Las razones para ir a esos cese de actividades son generales,  el "desprecio" por parte de los responsables de la Administración a la labor de los médicos; fallida estabilidad laboral, contratación con cooperativas para defraudarlos económicamente,  falta de incentivos para  los agentes de salud  que trabajan en las áreas más remotas,  falta de  equipos  médicos e implementos  de seguridad, incumplimiento en el  pago oportuno de sueldo; malas condiciones de trabajo y  baja  inversión en el sector salud, entre otras causas.

 

Invertir en las personas que defienden nuestra salud, principalmente en países de bajos y medianos ingresos, incluidos 9 millones de enfermeras y parteras; es la 8ª estrategia mundial de salud de la tercera década del siglo XXI, que comprende del 1º de enero de 2021 al 31 de diciembre de 2030.

 

En ese interregno de tiempo se estima que en el mundo los gobiernos dispongan de los recursos económicos necesarios para   incorporar   18 millones de trabajadores de salud adicionales que se necesitarán, o sea el equivalente a la población de Ecuador; además que al actual cuerpo médico y al que està por venir, les sea impartida permanente capacitación y un salario digno de su abnegada profesión. En Colombia, se afirma que la mano de obra más mal remunerada, es la que tiene más responsabilidad en el país, esto es el personal de salud.

 

La OIT (Organización Internacional del Trabajo) indica que, cada país debería tener un promedio de 41,1 trabajadores de la salud por cada 10.000 habitantes para estar en condiciones de ofrecer atención médica a toda su población.

 

El aprovisionamiento de recursos para mejorar el sector y los trabajadores de la salud, considerada la piedra angular de los sistemas sanitarios, no se obtiene por arte de magia; “la reforma de los sistemas sanitarios es una labor que requiere tiempo, dinero y esfuerzo”, no solo para encontrar el mecenas, sino por el tiempo de formación y especialización del personal sanitario.    Tres años de formación se lleva la preparación de una enfermera calificada, y la de un médico, un mínimo de cinco. De momento, no existe ninguna «solución rápida» para este problema, se advirtió.

 

De acuerdo a la OMS, (La Organización Mundial de la Salud) que promueve la Alianza mundial en pro del personal sanitario creada en 2006, “sean cuales sean las circunstancias, una estrategia eficaz dirigida a la fuerza laboral debe centrarse en tres objetivos fundamentales: mejorar la contratación, ayudar al personal existente a potenciar su desempeño, y ralentizar el ritmo de abandono de la fuerza laboral.”

 

Los servicios de salud pública en el Perú fueron el primer escenario de tensiones sociales el año pasado, debido a reclamos por falta de pago del bono COVID-19, cambio del régimen laboral vigente, promoción interna para trabajadores asistenciales, así como cuestionamientos a la gestión de EsSalud”, entre otras, indico la Defensoría del Pueblo. En Perú, según el estudio Recursos humanos en salud al 2011, existe una distribución geográfica desigual de los agentes de salud entre Lima y algunas Regiones.

 

     

 

 

Médicos intensivistas renuncian por falta de pagos pese avance del COVID en Huánuco

 

 

El jefe del Área de UCI del Hospital Herminio Valdizán de Huánuco, Jorge Luis Cárdenas, reveló que no hay profesionales para combatir la pandemia del COVID-19 en la región. Además, indicó que médicos intensivistas e internistas han tenido que renunciar por no haber recibido sueldos atrasados.

“Iniciamos el trabajo desde abril en ese hospital que se abrió temporalmente para lo que es COVID-19 (Hospital Integrado de Santa María del Valle), hemos trabajado horas complementarias, pero desde ese mes hasta diciembre no nos han pagado el sueldo de las mismas”, indicó el galeno durante una entrevista para Exitosa.

Cárdenas precisó que recién en diciembre “les pagaron el mes de abril, mayo, junio y julio”; sin embargo, aún les deben cinco meses.

“Lamentablemente el manejo burocrático hace que esto se dificulte. Nosotros en cinco meses hemos laborado 150 horas, pero el reglamento solo nos reconoce 96 horas y nos desconocen las 54 restantes. Eso lo vemos como un maltrato para el personal médico”, precisó.

En ese sentido, según declaraciones del profesional, esto ha provocado que sus colegas den un paso al costado y ya no hagan horas complementarias a partir del presente mes (Enero 2021).

“La UCI COVID que está acá en el Hospital de Contingencia, se está quedando sin médicos especialistas. Solo hay un galeno contratado, pero de ahí el resto estábamos por horas complementarias pero hemos dado un paso al costado. La mortalidad está incrementando”, aseveró al citado medio.

 

07-01-2021

 

 

     

 

@luforero4

 

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