Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial

Me alegra de sobremanera que la derecha presente su peor rostro en estas elecciones. Qué bueno que sea una corrupta contumaz, la cabecilla de una organización criminal, una mentirosa consuetudinaria, una procesada por graves delitos, con pedido fiscal de treinta años de cárcel, sea la que represente a esa derecha que durante toda nuestra historia solo se dedicaron a robar a nuestro país.

Quienes gobernaron nuestro país fueron los consignatarios, los gamonales, terratenientes, hacendados, los varones de la caña y el azúcar; para luego dar paso a los grupos de poder, aupados en la Confiep, los banqueros, las sociedades mineras, de pesca, las trasnacionales, los monopolios y oligopolios y todos ellos representan lo más rancio de la derecha peruana, que dictan leyes a su favor y en contra del pueblo y la patria. Allí están las malhadadas leyes de exoneraciones tributarias entre otras de claro favoritismo a esos grupos de poder.

La izquierda, aquella que con sus idearios representa al pueblo, no ha gobernado este país de traicioneros y pusilánimes. Solo un chispazo con Guillermo Billinghurst y el general Juan Velasco Alvarado, traicionados ambos por los felones de turno.

Hay obviamente inescrupulosos como el impresentable de Ollanta Humala, la señora Susana Villarán o la pléyade de gobernadores regionales o alcaldes, que reclamándose ser de izquierda, accedieron al poder solo para robar, al peor estilo que los políticos de derecha. La diferencia es que en la izquierda no lo blindan, lo condenan y los expulsan.  

Tenemos ahora en la palestra política a un hombre del pueblo, aquel que cultiva la tierra, que sabe de los padecimientos y sufrimientos del campesino, del minero, del obrero, del ama de casa, de todos los marginados  en este país de abusadores, explotadores y defraudadores del fisco. Ese hombre se llama Pedro Castillo Terrones, un profesor que ha reivindicado al magisterio y con ese mismo ímpetu reivindicará al pueblo peruano.

La derecha está asustada, desesperada, un frío glacial les recorre el espinazo. Los epítetos gratuitos y antojadizos de terroristas, antimineros, chavistas, comunistas, no les funcionará. Pedro Castillo Terrones será el  próximo presidente del Perú, “por la voluntad general de los pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende. ¡Viva la patria! ¡Viva la libertad! ¡Viva la independencia!”.

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