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La emboscada al 'Cholo Picuy' en la oscuridad de “La bodega Sánchez"

Historia de traición y captura del héroe chinchano José Andrés Pachas Hernández ("Cholo Picuy) en la guerra con Chile, publicada en 1974 y terminada en 2019.

Con simulacros de cordial invitación orquestada entre gallos y medianoche por los invasores y los bodegueros chinchanos terminaron la belicosa insurgencia de los patriotas chinchanos en 1,882. Foto: Una bodega chinchana de la época.
Con simulacros de cordial invitación orquestada entre gallos y medianoche por los invasores y los bodegueros chinchanos terminaron la belicosa insurgencia de los patriotas chinchanos en 1,882. Foto: Una bodega chinchana de la época.

 



Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

 


El periodista Adolfo Peschiera González, en 1974, casi dio en el clavo, cuando investigaba sobre la traición que hicieron los malos hijos de Chincha que, coludidos con los invasores chilenos, y algunos traidores italianos y chinos, mataron a los combatientes y capturaron al famosos héroe cholo José Andrés Pachas Hernández.
 
Los mismos chinchanos de Sunampe, traicionaron la causa de la defensa del territorio nacional.

A continuación, publicamos, a los 45 años, el trabajo de investigación que Adolfo Peschiera González que, en su columna de Lingote, insertó en la página editorial del semanario “Tinta” que, dicho sea de paso, cumple 46 años de fundación este 10 de marzo, su trabajo intitulado:
 

 

La redada en los toneles

 
“Estamos en 1,882 en la guerra contra los invasores chilenos. Los más fieles y osados lugartenientes del legendario guerrillero chinchano pagaron con sus vidas en la emboscada chilena antes que fuera hecho, prisionero “Picuy”, en el interior de una bodega”.

“Ciegas descargas de fusilería, allí entre los toneles, se dejaron oír y el número de montoneros muertos cobardemente habrían pasado de medio centenar. No hubo lugar a escapatoria, aun cuando se dice que algunos menos bebidos se dieron a la fuga, para volver a la carga, posteriormente contra los invasores extranjeros”.

“Los montoneros chinchanos fueron traicionados por gente de su propia sangre, confabulados con el enemigo”.

“Muchas veces los oí decir esto a mi padre, que los culpables de la emboscada contra Picuy, fueron los bodegueros” dijo Emilio (Emiliano, nuestro) Castillón Malpica, cerrando los puños como si quisiera cobrar venganza”. Por esos tiempos de la entrevista, Emiliano Castillón Castañeta tendría unos 90 años.

“Este sangriento episodio, nunca vertido en relatos que sobre el heroico montonero sunampino han sido publicados a la fecha, denota que hubo traición abierta contra los guerrilleros coterráneos que, a no dudar, debieron maldecir a los vinícolas”.

“En la masacre de la bodega perecieron, más que un puñado de valientes, patriotas denodados que entregaron de sí todo lo que tenía hasta la vida, en defensa de la integridad territorial”.

Será necesario, alguna vez, establecer en cual de las bodegas se produjo la verdadera matanza y la simultánea captura de José Andrés Pachas Hernández, conocido por el apelativo de Picuy, cuyas correrías y sorpresivas refriegas en 1882, desconcertaron a los sureños desde la quebrada de Topará y aguas abajo del río”.

“Una vil complotista celada, con simulacros de cordial invitación orquestada entre gallos y medianoche por los invasores y los bodegueros, terminó con las acciones beligerantes de Picuy. Es cierto”.

“Pero esa noche, no en vano corrió sangre chinchana que se fundía con el vino de los toneles agujereados sobre el polvo de la tierra invadida”.

“Muere “Picuy” en 1882, frente a un pelotón de fusileros chilenos, otros montoneros chinchanos tomaron las armas. Y al grito de ¡Viva el Perú carajo! Vengaron al camarada caído”.


Muy bien. Adolfo Peschiera González, el primer periodista de investigación histórica, logró tomar nota de cómo fueron acribillados los “montoneros chinchanos”, defensores de la patria, más de medio centenar, y la captura con vida del famoso Picuy, fusilado en la plaza de Armas de Chincha, por alta traición, hecho que se produjo en una bodega.

Ese día no estuvieron 2 valientes chavineros cuando sus hermanos fueron emboscados: Matías Chuquispuma y Dionisio Castillón, padre de Emiliano Castillón Malpica, por estar replegados en la quebrada de Topará. Cuyos familiares contó la historia.

Hoy, sabemos tras muchos años de investigación que la bodega de la traición estuvo ubicada muy cerca a la Huaca Ortiz, cuyo nombre sería “La bodega Sánchez”. Actualmente desaparecida. Hace algunos años se pudo observe esa bodega en estado de abandono. Con esto se terminó una faceta de la historia de Picuy , de su captura por los propios sunampinos, que Adolfo en 1974, relató la primera parte. Increíble.

NB: Los artículos publicados en esta sección de Opinión Libre son de entera responsabilidad de sus autores. El contenido no refleja necesariamente la opinión de Huachos.com

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