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Las heridas que dejaron huellas en el pueblo de San Juan de Yánac

Mujeres humildes, que en la época del Inca lo llamaban Yanaconas, luego les decían vaqueras o cancheras, trabajaban de sol a sol para el patrón, sin ningún tipo de pago y reconocimiento alguno.

El pueblo sometido y conformista es oprimido y explotado sin tener acceso a la educación y cuyos derechos esenciales son negados.
El pueblo sometido y conformista es oprimido y explotado sin tener acceso a la educación y cuyos derechos esenciales son negados.
 

Por: David Vilcapuma Gutiérrez - Licenciado en Educación

 


Existe, una inmensa necesidad de rescatar, la memoria del distrito de San Juan de Yánac que por muchos años, estuvo en el olvido, la memoria de nuestro pueblo, son los  hechos sucedidos tanto en la política, social y cultural. Por descuido de la propia gente y de las autoridades, continúan aún hasta nuestros días.

Quizá esta sea una brillante oportunidad para el cambio de los pobladores, mediante la educación que es lo más importante.

Esta información, nos permite hacer llegar a la población a través de la Literatura, donde conoceremos el verdadero rostro de nuestros antepasados y de nuestro pueblo.

Donde existía el abuso y la explotación extrema, especialmente con la gente más humilde, que en la época del Inca lo llamaban Yanaconas, posteriormente en la serranía de Chincha, tenía el nombre de vaqueras o cancheras, quienes trabajaban de sol a sol para el patrón, sin ningún tipo de pago y reconocimiento alguno.

Eran explotadas, abusadas y humilladas por el patrón, donde muchas veces, quedaban embarazadas y a consecuencia de los embarazos, varios hijos.

Hijos  ilegítimos, no reconocidos, sin partida de nacimiento. Todos estos hechos están en silencio y en el olvido, de la misma gente, haciéndose cómplice de esta realidad.

Donde el orden es: opresión, paz es: explotación; democracia y libertad es: injusticia.

 
« El pueblo sometido y conformista es oprimido y explotado sin tener acceso a la educación y cuyos derechos esenciales son negados. »


Mujeres que no tienen identidad, es decir no conoce su historia, no conoce su familia, no está informada, no solo es saber los colores de la bandera, sumar, restar multiplicar; tiene que saber cuáles son los derechos y los deberes que señala la Constitución Política del Perú, tampoco conoce lo que pasa en el mundo mínimo deben de tener conciencia de la globalidad.

La gente no es deliberante, no sabe examinar razonablemente los pros o contra de una decisión.

No es  participativo, es temeroso, no comparte sus saberes con los demás y tampoco toma parte de las acciones que sirven a la comunidad. Está sometido no reclama, no se indigna ante la arbitrariedad.

Desconoce la ética, muchas veces sus valores de amistad, honor y honestidad están trastocados.

Pocos velan por el bien público, su escaso conocimiento y su casi nula participación de revelarse ante las arbitrariedades, lo obligan a vivir en la marginalidad, de esto se aprovechan las autoridades y los vivos y sinverguenzas.

Pretendemos dejar modestamente una huella en el camino, para que nuestros hijos y las generaciones venideras, conozcan su pasado y se proyecten a un mejor futuro.

Ofrecemos este ensayo como homenaje, a nuestra máxima leyenda. Don Gerardo Felipe Vilcapuma Saravia (Q.E.P.D), quien nació en el año 1917 y falleció en el año 2016.

Quien también fue el primer Alcalde del distrito de San Juan de Yánac, (1967-1969), según consta en la credencial otorgado por el Jurado Nacional de Elecciones. Mientras nos preparábamos para festejar su Centenario, dejó de existir, para dar inicio a una vida espiritual entre nosotros  y en la conciencia de su pueblo de origen, quien supo hacer lo suyo, con su arte, tocando el arpa y su sabiduría.

Esta es una forma de gratitud y atizar el fuego, para impulsar este compromiso cultural a través de las leyendas, costumbres, cuentos, poesías y ensayos. Agradecemos a nuestros lectores, que con su preocupación y aliento nos ayuda a seguir por este camino.

Desde Chilcaní, anexo de San Luis de Huañupiza, con lo más profundo de mí ser, comparto otra cosecha literaria, original:
 
"A ti mujer"
A ti, encanto de mujer, quisiera amarte, con lo más profundo de mi ser.
Amarte día a día, solo a ti mujer.
Contemplar, la expresión de tu mirada.
Abrazarte fuertemente y sentir tu calor, decirte suavemente al oído, lo mucho que te amo.
Alcanzar,  lo infinitamente bueno y grandioso de tu corazón.
A ti, encanto de mujer, quisiera darte mi cariño sincero.
Mirar tu elegancia, con ternura y sencillez.
Acariciar, lentamente tu rostro con cariño y pasión.
Contemplar, el brillo de tus ojos, que alumbran como las estrellas.
Sentir, el rose de tus labios, con los míos y expresar mis sentimientos.
A ti, encanto de mujer, quisiera estrecharte entre mis brazos.
Dejar la huella del amor, que siento por ti.
Amarte con lo más profundo de mi ser.
Hacerte sentir la pureza de este amor grande y hacerte muy dichosa y feliz.
Quisiera caminar juntos, tomados de la mano, transmitiéndonos el amor en silencio.
 
"La soledad"
Hoy siento la soledad, en lo más profundo del alma, como si no existiera nada, en la vida.
Hay dolor en mi alma, que todavía no cicatriza y cada vez duele con más intensidad.
La sangre que corre, por mis venas se detienen lentamente, paralizando mi sentir.
Cada vez encuentro más silencio en mi alma solitario, donde ya no existe la armonía.
El viento corre velozmente, haciéndome sentir el ahogo en el silencio.
Las fuerzas, se me agotan sin encontrar salida, el silencio me acompaña, la esperanza no la pierdo.
Mi tristeza es un suspiro, que se pierde en lo más infinito del silencio.
Ya mis tiempos se van agotando solo dios sabe de este triste acontecer de mi vida.
A veces corro, a pasos agigantados, y llorando digo: mañana…mañana…mañana.

 
Chincha, abril 2017.
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