Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

El sicariato de la prensa hablada, televisada y escrita donde se difama y calumnia, a diario, al mejor estilo gansteril a las autoridades, sobre todo municipales, se ha enquistado como una pandemia en Chincha.

La mayoría de los hablantes que atacan a las autoridades, es por plata, e integra una banda de personajes que no tienen capacidad, ni moral.  Dentro de la sociedad son delincuentes dedicados a la extorsión y chantaje, permitido y solventado por autoridades que están al lado de la corrupción.

Estos malos ciudadanos viven de la extorsión. Atacando a las autoridades logra conseguir un sueldo mensual con lo que viven, educan a sus hijos, y se da el lujo de pasearse, comiendo en los mejores lugares. Uno de los casos que más ha llamado la atención es el mal proceder del profesor de Educación Física Miguel Varillas Quispe, que usa un espacio radial en Radio Centinela para calumniar y difamar al alcalde de Chavín, el médico Richard Solano De la Cruz, expresaron su malestar, más de una decena de ciudadanos chavineros por medio de la red, entre ellos Carlos Solano y Armando del Río.

Se dijo que este mal profesor ataca todos los días al alcalde chavinero afectando su honor, sin tener en cuenta que él es profesor. Es un horror para Chavín dicen, los que cuestionan el comportamiento desencajado del profesor Miguel Varillas, arguyendo que por dicho cometido el difamante gana mil ochocientos soles mensuales, pagados por la Comunidad Campesina de Chavín. Piden que la UGEL de pisco intervenga por el bien de la salud mental de los escolares y el pueblo.

Se dijo además que el alcalde viene tolerando que mancille su honor, con la creencia que Dios le va a castigar, porque es evangélico. Por nuestra parte, hemos tenido la oportunidad de escuchar la serie de sandeces que comete el profesor Miguel Varillas Quispe, demostrando un precario conocimiento del idioma de Cervantes.   

El profesor Miguel Varillas Quispe, dicen los pobladores, es el mal ejemplo para el pueblo de Chavín. Se espera que el profesor chavinero que labora en Pisco reflexione y corrija sus errores, de lo contrario tendría serios problemas en materia penal, hasta podía llegar a se subrogado de su profesión.