En OPINIÓN LIBRE |

Perros vagabundos: mis hermanos de los parques y puentes

Que nadie me molesta en este parque, donde vago siguiendo a un perro errabundo que seguro hallará comida para compartir y saciarnos como reyes.

 


Por: David Auris Villegas

Escritor/Pedagogo
https://orcid.org/0000-0002-8478-6738
 


Después de hacer posible solamente en las noches, al pie del perfumado molle, muy de madrugada; la visita de mi querido y único sobrino que lee con extraña avidez todos mis escritos, me alegró sobrecogedoramente, creyendo que a nadie importaba así como los perros vagabundos, siempre importamos a alguien.
 
Me pidió que escribiera acerca de los vagabundos como yo, mis desvalidos hermanos, los perros que van tras los pasos de la muchedumbre, dejando un fino recuerdo de su figura incierta y hambrienta que menea sus rabadillas a los hombres distraídos.
 
Desandan flotando en su laguna mental y  sin importar la absurda clasificación racial de fineza instituido por los hombres, se confunden felices con sus hermanos y hermanas, compartiendo alguna ración putrefacta.
 
Perros que sobreviven en los márgenes de la rivera humana que, escribiendo esta breve reflexión, recordé calmadamente al Dalai lama, “sino podemos ayudar a los perros al menos no le causemos daño”, así como  nadie me molesta en este parque, donde vago siguiendo a un perro errabundo que seguro hallará comida para compartir y saciarnos como reyes, riéndonos de las hamburguesas y los cafés árabes.
 

@davidauris
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