Por: Eucadio Gutiérrez Solano  Profesor/Periodista

Insólito, pero más que la verdad, según los hechos. Parece que la consiga “prescrita” a los delincuentes de parte de los golpistas: Gobierno y Congreso, vapuleado por el pueblo; se resume en: “Roben, disparen y maten”, puesto este dúo de “maridos”, nada hace para detener la delincuencia, que roba y mata, con pistola, en mano, en cualquier hora del día. Según las continuas denuncias donde hay hurto y crimen, de todo nivel, que deja en desamparo, miseria y lágrimas a las víctimas.

La delincuencia pareciera que se trata de una profesión rentable consistente en robar y matar, merced a una ley que funcionaría en la práctica, como si  el Gobierno golpista, haya  “legitimizado”, el imperio de la delincuencia. A los forajidos no se les puede tocar. Si se hace inmediatamente va opreso, y el asesino libre de polvo y paja. Se ve que hasta los fiscales y jueces tienen parte.  Los rateros a poco tiempo son liberados con el cuento que no hay pruebas.

Este insólito caso donde el gobierno supuestamente protege a los delincuentes ha hemos tocado varias veces. El clamor del pueblo parece que corrió la peor suerte. Fue parar al tacho. Mientras que los delincuentes tienen el control del pueblo. El maridaje de los golpitas Ejecutivo y Congreso, un monstruo de 2 cabezas, permite que la delincuencia desempeñe su profesión libremente.   Robos y muertes son a diario.

La PNP tiene las manos atadas por el grito de los periódicos protectores de los delincuentes. Si un policía dispare o hiere a un delincuente todos los canales de TV y radioemisoras, hasta que salga espumas en la boca, condenan el disparo de los custodios. Sus fotografías y nombres a cada instante son publicados. Los policías por disparar van presos, por su parte el ciudadano común y corriente es encarcelado y condenado a varios años de carcelería, frente a la risa y burla de los asesinos. Una realidad espeluznante. El ejercicio de la profesión de delincuentes pareciera que es una realidad, que goza del respaldo del Gobierno.

Al gobierno no les interesa la proliferación de la delincuencia, mucho menos a su “conviviente” que es el Congreso de la República, que se pelean para ganar votos en las próximas elecciones, más no de la seguridad de los pobladores.  El pueblo se encuentra desamparado. Todos los días se escucha que los delincuentes se escaparon. Lógico, los policías no pueden usas sus armas, por el temor de ir presos, y que sus nombres sean publicados por los perversos de la prensa amarilla, defensores acérrimos de los delincuentes, incluso entrevistando a toda la generación de rateros, direccionando que se acuse bárbaramente a los policías, como asesinos.

La prueba reciente es el caso del norte, donde un periodista fotografía a un policía con su arma de reglamento, pero no fotografía las pedradas que recibe la PNP con armas de guerra, usadas en tiempos del incanato. La huaraca es un arma mortal, arma de guerra.  El parecer, un general ignorante, ha ordenado el encarcelamiento del PNP que tenía armas. En vez de felicitar al PNP se les encarcela. Qué, al revés está el Perú, pues no protege a sus servidores, haciendo caso a la prensa cloacal. 

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