Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial

Los vestigios encontrados en Tantará nos indican que nuestro pueblo floreció bajo la cultura Chanca, indomables   guerreros que le susurraron a los Incas que los derrotarían. No fue así, sus bravos generales, los hermanos Asto y Tomay Huaraca - suena ese apellido – sucumbieron ante el príncipe Inca Pachacútec.

Los historiadores refieren que la cultura Chanca nació a las orillas de la laguna Choclococha y desde allí se expandió a los actuales departamentos de Ayacucho y Andahuaylas. Tal vez una de sus principales ciudades fue Chancahuasi, actual anexo del distrito de Chupamarca.

Luego de la derrota Chanca, llegarían los Incas, no para sojuzgar a sus pobladores, sino para aprender de ellos y retrasmitirle su cultura, su religión y sus vastos conocimientos agrícolas, ganaderos. Así de sabios fueron nuestros antepasados.

Los españoles llegaron al Perú solo para saquear nuestras riquezas, robar, asesinar y destruir la perfecta economía Incaica. Nuestros pueblos sobrevivieron al embate genocida de los españoles y como el ave fénix renacieron desde las cenizas, desde los escombros, gracias al ingenio y proeza de su comunidad y de sus hombres.

Nuestra gran campana, de mágicos sonidos, aquella que levanta el animo a los comuneros cuando llama a las “fainas” o cuando nos llena de alegría y entusiasmo a la llegada de los galas o cuando nos oprime con su melancólica doblez la partida al infinito de algún compoblano. Esa campana, según tradición oral familiar fue obsequio de don Anselmo Vidalón Fernández, quien la mando fabricar y fundir con sus propias joyas en Ayacucho y lo trasladó hasta Tantará en cuarenta mulas.

“Otro hito importante en el crecimiento de Tantará fue la reconstrucción de las “tomas” de Chuimacc y Pacchac, realizado enteramente por la comunidad, sin participación del estado y sin  contar con el apoyo de profesional alguno, siguiendo solo el rastro de esas mismas “tomas” que ya existían en la época Inca y que habían sido abandonadas.”

En ese trabajo perdió la vida don Desiderio Saldaña Tovar, allá por los lejanos años de 1927.

En los albores de 1900 existía una capilla con una solo torre, en donde hoy queda el hotel presidente. Por esos mismos años se formó una comisión presidida por el señor Felipe S. Rojas, para la construcción de una nueva Iglesia, que es la que perdura hasta el día de hoy. Es importante la mención por cuanto tampoco participó el estado en esta obra. Fuente: Árbol genealógico de la familia Tantarina del Dr. Félix Tovar y Trascendencia Histórica de Tantará del Dr. Rolando Rojas.  

Y así llegamos hasta el 08 de setiembre del 2019. Una majestuosa plaza de toros se levantó en la parte sur oeste de la pampa florida, en la cabecera de Winchos. De forma circular, pintado con colores rojo vivo, superficie arenosa, cuatro burladeros y palco oficial. Toreros que lucían trajes de luces, campanilla y monteras. Bufones representando a la chilindrina y a la negra tomasa.  

Los carguyocc e invitados en la tribuna oficial. Los ávidos de la corrida de toros apostados en los alrededores del coso y en tribuna particular. Sin mucha suerte los toreros hicieron gala de sus pases a la verónica, chicuelinas y navarras.  Quienes deleitaron al público fueron los bufones. Saltos acrobáticos, increíbles pases sin capote, cornadas burladas, en fin, fue todo un espectáculo.

La jornada tuvo un final feliz. No hubo toro de muerte.

Por vez primera en la historia de Tantará se levantó una plaza de toros. Por vez primera se presentaron toreros profesionales, enfundados en sus trajes multicolores, de luces. Por vez primera se aplaudió tanto como en el atipanacuy de los danzantes de tijeras.

Corresponde a las autoridades preservar está novísima plaza, que mas adelante puede servir para otros concursos, otros espectáculos, tanto escolares como del pueblo mismo.

Gracias Dr. Iván Arroyo Tovar por este desprendimiento a favor de toda la comunidad Tantarina. No es el primer gesto altruista, son varios que no borramos de nuestra memoria. En este contexto recordar también a la Dra. Gloria Arroyo Tovar, quien a no dudarlo debe estar complacida al lado de la Virgen María y el Espíritu Santo.