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ACUARELAS TANTARINAS: Para mi hijo...

En otros épocas, el nombre del recien nacido se escogia guiado por el santoral o el almanaque, pero los tiempos cambian.

 

Por: Esteban Saldaña Gutiérrez - Ingeniero Industrial


Cuando por vez primera vi la luz de este mundo, en Tantará, Castrovirreyna, Huancavelica, mi padre escogió mi primer nombre guiado por el santoral o el almanaque. Ima punchaumi cunanja. Cunanja iscay chunca iscainiyocc, mayo quilla. San Emiliopa punchaumi casja. (Que día es hoy. Hoy es 22 de mayo. Día de San Emilio.) Seguramente ese fue el monologo de mi padre buscando mi primer nombre.

Del santoral deviene mi primer nombre, EMILIO. El segundo ESTEBAN, para preservar el nombre de mi padre. Así era antes, nuestros nombres se buscaban del santoral.

En estos tiempos ya no se usa el santoral. Así sucedió con el nombre de mi primogénita PAULA VICTORIA. Paula en recuerdo a la bisabuela Paula Vidalón Quispe. Victoria en memoria a la abuela Victoria Gutiérrez Vidalón.

Para el segundo de mis hijos, un nombre quechua, para perennizar nuestra cultura, nuestra sangre y evocar nuestros orígenes.

Tantará formó parte del territorio Chanca y ellos - esta gran cultura que nació en la laguna de Choclococha – escogían los nombres de sus hijos en retribución a los favores que recibían de sus dioses, nuestra madre naturaleza. Illari me pareció el nombre correcto, que es la luz brillante, destellante que produce el relámpago. Por ello el primer nombre de mi hijo es ILLARI y el segundo ESTEBAN por obvias razones.

Hago esta remembranza por el cumpleaños de mi hijo ILLARI ESTEBAN, por quien hice todo el esfuerzo para que naciera en Tantará, pero el destino quiso que viera la luz de este mundo en Iquitos, a la orilla del gran río Amazonas, donde se desarrollaron etnias que hasta ahora subsisten, pese a la indiferencia y el maltrato de nuestros gobernantes.

Illari, como todo padre, te deseo lo mejor y solo te transmitiré lo que mi padre me enseño y con el ejemplo. La decencia, la probidad, la honradez, para que nadie te señale. El respeto y consideración a los demás, pero no la adulación. La humildad, pero no la sumisión. La búsqueda incesante de la superación personal y espiritual, muy lejos de la vanidad y la soberbia. Son alguno de los legados de nuestros padres y abuelos que debes cultivar.

Transitar por la vida es muy difícil. Encontraras todo tipo de obstáculos que te harán perder el horizonte, sin embargo debes sobreponerte y superar todo escollo, de la mano con la dignidad y la honradez. Jamás recurras a las malas artes, a la pillería, no por temor al infierno, sino porque mancharía de por vida tu buena reputación, alcanzando a tus padres y a tus futuras generaciones.

¡Feliz día Illari Esteban!

 
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