Por: Luis E. Forero Medina - Abogado/Especialista en Saluderecho

Los fenómenos naturales causantes de daños a personas y bienes ocurridos en los últimos 35 años en el mundo se han incrementado considerablemente, triplicándose los perjuicios tanto en vidas como en bienes.  

El huracán Irma no registra precedentes de tanta desolación, en Saint-Martin, al oriente de Puerto Rico, fueron destruidos el 95% de edificios.  Pese a que los  desastres pueden suceder en cualquier momento y  punto del planeta, si los gobiernos no están debidamente preparados, la reconstrucción es penosa.

En este sentido la Asamblea de la ONU   hace más de dos décadas promueve en cerca de 200 naciones y  territorios porque la Estrategia de Yokohama para un Mundo más Seguro, aprobada en 1994 en la Conferencia de Yokohama, se traduzca en programas y actividades concretos de preparación y tener inmediata capacidad de respuesta a los  desastres o amenazas contra la vida.

Hace un quinquenio en el Diálogo de Sendai se llamó a los gobiernos  a integrar la gestión de riesgos de desastres a la planificación nacional.  Los responsables de temas tan sensibles que abarcan tanto al sector oficial como al privado, lentamente  toman conciencia de la magnitud de las amenazas de la naturaleza y del hombre. Es la incapacidad  de  los países  para responder o recuperarse de las emergencias.

La  Organización Panamericana de la Salud –OPS- nuevamente ha  recomendado  a sus 52 estados  y territorios miembros, la prevención, la reducción de riesgos, los preparativos, la vigilancia, la respuesta y la recuperación temprana, como  prioridades que deben tomarse en serio.  Lo que viene después de un desastre natural se improvisa y no se aprende las lecciones de los anteriores.

Según las Naciones Unidas a nivel mundial, las mujeres y los niños son propensos   hasta 14 veces más  que los hombres de morir en desastres naturales.

Por cuanto las catástrofes no avisan…cuando una tormenta o  un sismo  obligan a las personas a dejar sus hogares o donde se encuentren, previamente debieran tener a la mano por recomendación de la OMS-OPS Honduras, una mochila con agua embotellada, barras de cereales y chocolate, bolsas plásticas,  botiquín de primeros auxilios, copia de llaves de auto y  casa, documentos importantes protegidos en plástico, gel antibacterial, linterna, manta delgada, ropa de niños y adultos, radio de batería, silbato y  velas y cerillas.

En Perú se aprobó en setiembre por primera vez la Política Nacional de Hospitales Seguros frente a los Desastres, que contiene el Plan de Acción 2017 – 2021,  y  se conformó  la Comisión Multisectorial de Hospitales Seguros Frente a los Desastres.

@luforero4