En OPINIÓN LIBRE |

El misterioso Auquichanca “dios” de los Chancas

Esta temible y tenebrosa cumbre ubicado a más de 4 mil msnm pertenece a tres provincias: Chincha (San Pedro de Huacarpana), Yauyos (Madeán) y Castrovirreyna (Chupamarca).

El lago Tutacocha y las tenebrosas cumbres de Auquicancha.
 



Por: Eucadio Gutiérrez Solano - Profesor/Periodista

 

 

Para el mundo andino “Auquichanca” es “dios de los Chancas”, “señor y amo protector” de los hombres que vivieron vigilados y resguardados  del más temible y misterioso, cumbre ubicado a más de 4 mil metros de altura, que en la actualidad pertenece a tres provincias o tres regiones: Chincha (San Pedro de Huacarpana), Yauyos (Madeán) y Castrovirreyna (Chupamarca). Cerca al río Auquichanca está el lugar tripartito que separa los límites de los distritos de San Pedro de Huacarpana, Madeán y Chupamarca, y las aguas de este río es para el uso de los agricultores de Cullhuanca, Tayamarca, y Madeán. Auquichanca significa vida, fortaleza, poder supremo y mágico.

“Se denominaban auquis a los espíritus que rodeaban al apu o supremo protector de una comunidad”. https://es.wikipedia.org/wiki/Auqui Similar versión expresan el arqueólogo caminante Alberto Bueno Mendoza, y los historiadores Waldemar Espinoza, y  Eduardo Vásquez Monge, como los investigadores Kafmann, Kapsoli y Lumbreras, citando a los principales, sin dejar de lado al incansable historiador Juan José Vega.  Apu, pues, de acuerdo a la creencia y versión de nuestros abuelos, y corroborada por los pobladores andinos que hemos recorrido hace más de 30 años, es el señor que ve todo y cuida celosamente a sus moradores y castiga  con mucha severidad a quienes defraudan sus designios y mandos. Es el señor de las lluvias y de las buenas cosechas. Nadie puede escalar la cumbre sin antes de hacer el pagapu y pedir permiso para pasar o subir por sus faldas. En sus cumbres está la planta medicinal la “wamanripa” y otras hiervas para combatir el mal.  

Según los testimonio de muchos sampedrinos que escarparon las cumbres de Auquichanca -nos manifestaban que- en las alturas existen construcciones de piedras o “huacas”, lo que demuestra que algún momento de la historia los Chancas primigeniamente vivieron allí. Posiblemente por una desobediencia de los pobladores de ese momento Auquichanca se cubrió de hielo, arrojando a sus huéspedes que eran los Chancas, y que tuvieron que salir hacia el sur, oeste y norte. Siguiendo la ruta al sur fundaron el pueblo de Chancahuasi, que hasta la fecha existe y pertenece al distrito de Chupamarca. Y los que salieron al oeste fundaron el pequeño pueblo de Chancachi, por debajo de Chihuipunta, que pertenece al distrito de Chocos, donde los Chancas se establecieron y dirigieron un inmenso espacio construyendo un mirador que podían abarcar 100 de kilómetros de distancia hasta Pariacaca y Llongote para contemplar los movimientos de las tribus vecinas, y todo el vale interandino de Chavín hasta Jahuay.  
 
 
 
 

 
 
               Los misterios atribuidos a Auquichanca no se callan. Se hablan de la desaparición de una camioneta y de sus ocupantes que eran ingenieros, del encanto sobre natural  de otras movilidades,, asimismo se vocea, y  luego de muchas personas que nunca aparecieron por el solo hecho de caminar por ahí.

 

 

              

 

 


Los que salieron al norte, cruzando el río de Víñac y Lincha. Viendo que la zona era muy y apta para la agricultura se establecieron en las alturas del distrito de Cacra, allí construir imponentes fortalezas de ´piedra labrada maravillosamente; para después avanzar hacia el norte de Yauyos, dejando una extraordinaria agricultura por donde pasaron, cuyos andenes son una verdadera maravilla. Incluso hemos visto por las orillas de los ríos de Yauyos, Huancaya, Vitis, Omas y otros distritos.    

Ahora los misterios atribuidos a Auquichanca no se callan. Se hablan de la desaparición de una camioneta y de sus ocupantes que eran ingenieros, del encanto sobre natural  de otras movilidades,, asimismo se vocea, y  luego de muchas personas que nunca aparecieron por el solo hecho de caminar por ahí. Que Auquichanca encanta a las personas que se atreven pasar por sus límites no es una novedad, tampoco se puede extrañar, porque conocemos decenas de casos en que los espíritus de los cerros encantan y ocultan a las personas y animales de su preferencia. Sabemos también que los cerros hablan. Nuestra expedición casi pereció por violar sus reglas, o tal vez nuestro pagapu fue muy poco. El año pasado Íbamos en una camioneta con Leonardo Gutiérrez y Nerio Cuba, en un momento dado se perdió el camino y acabamos a dar a un precipicio. Felizmente no estuvimos en nuestro día. Fue una llamada de atención quizás.

Hay algunos pequeños lagos que están por la parte baja de Auquichanca como el de Tutacocha, cuyas aguas sirven al distrito de Madeán; cerca de una de ellas pasa la carretera a Huancayo que viene de San Pedro de Huacarpana. Se dice que mientras una movilidad o persona desconocida, con sangre apetecible,  pasa por dicha vía, a medio día o en horas de la noche, el camino se extiende, pero en un abrir y cerrar los ojos, se encuentran en medio del lago y mueren los intrusos. Jamás han sido recuperados. No creemos que esto sea un cuento, pues todos nos refieren de estos y otros hechos sobrenaturales sucedido a quienes se atreven pasar por Auquichanca sin pagarles y en mala hora. Ahora estas ocurrencias fantasiosas muy poco suceden nos dijo un informante en Tayamarca. Incluso a poca distancia hay ganadería y abundantes vicuñas. Seguiremos. Una vez más, no especulamos. Somos científicos puros no de chismes. Comprobamos...
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