Esther Chávez V. mostrando el acabado de su trabajo.

	Por: David Vilcapuma Gutiérrez Licenciado en Educación

Los bordados a mano son ancestrales y son parte de nuestra cultura, pero no lograron adaptarse a la moda y eso es lo que se busca revertir razón por la cual queremos hacer un especial homenaje a todas las mujeres bordadoras a mano especialmente del distrito de San Juan de Yánac (Chincha)  y sus cinco anexos.

Pues a través de su maravilloso trabajo de arte tomé el primer contacto visual con la forma y el color, que tan sorprendentemente me han influido a lo largo de mi infancia, cuando inquieto disfrutaba a mi manera de esa linda etapa de mi niñez.

A la tía Teodosia Vilcapuma Quispe (QEPD), a mi hermana Maximina Vilcapuma G, recordando con ternura como quitando tiempo a su ansia de diversión juvenil, iba bordando a mano sus manteles, pañuelos con primorosos resultados.

A las sobrinas Nancy, Jessica Canchari Vilcapuma, a mis promociones de la educación primaria. Eda, Elisa Saravia Quispe, Julia Chávez Canchari, entre  muchas otras  mujeres que llevan el bordado a mano en la sangre, nuestro reconocimiento a todas ellas.

Desde pequeño vi a mujeres y niñas bordando a mano por los cerros cuando pastoreaban sus animales, siempre me deslumbró el primor de sus labores, las formas de sus dibujos y el cromatismo de sus colores.

Mi curiosidad de niño me llevó a buscar entre arcas y baúles de mamá, entre ellos encontré bellas piezas de manteles e indumentaria. Esto marcó de alguna forma mi predilección por los temas artísticos que me llevaría más tarde a la práctica.

Una tradición que no muere, esta es una cortesía de. Eda Saravia Quispe

También fueron las religiosas franciscanas, quienes introdujeron a la población en la técnica del bordado como fuente de ingresos, las mismas que se desarrollaron a partir de entonces con la creatividad de las mujeres como en el caso del distrito San Juan de Yánac.

El informativo Huachos.com y este modesto servidor propicia la revaloración de la creatividad del arte del bordado a mano.

Chincha, octubre de 2021