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Los diplomas son importantes, pero las habilidades prácticas son invaluables

EMPLEO.

Aunque suena intuitivo, estas habilidades específicas en el empleo son más difíciles de medir que, digamos, los años de escolaridad o los titulos acumulados.

En la naturaleza cambiante del empleo, los diplomas son importantes, pero las habilidades son inestimables, como saber hacer un buen puente por ejemplo.
En la naturaleza cambiante del empleo, los diplomas son importantes, pero las habilidades son inestimables, como saber hacer un buen puente por ejemplo.

Para ser maestro en Noruega quizás se necesiten habilidades muy diferentes que para ser maestro en África, aun cuando el cargo sea el mismo. Por ejemplo, mientras los profesores en el mundo desarrollado necesitan tener habilidades digitales o dominar idiomas extranjeros, estos atributos quizás no sean tan esenciales para ser un maestro efectivo en el resto del mundo.

Aunque suena intuitivo, estas habilidades específicas en el empleo son más difíciles de medir que, digamos, los años de escolaridad. Las habilidades de comunicación y de resolución de problemas, al igual que la inteligencia social, son muy solicitadas por los empleadores, pero no aparecen en ningún expediente académico universitario.

Afortunadamente, en la última década se han multiplicado las encuestas para medir este tipo de habilidades. En estas, se pregunta a los trabajadores qué tipo de tareas son necesarias en sus empleos, por ejemplo leer, ser creativos o interactuar con los clientes, entre otras.

Encontramos un patrón interesante.

En un documento de trabajo publicado recientemente, utilizamos estos datos para calcular cómo varían los tipos de habilidades de los empleos entre países de diferentes estratos económicos y a través del tiempo. Y los usamos para predecir qué habilidades serán útiles para los trabajos del futuro.

Así funciona

La rápida adopción de tecnologías digitales tiende a beneficiar a los trabajadores con habilidades que son difíciles de reemplazar por un computador, tales como la creatividad, las habilidades interpersonales o el liderazgo. Las tecnologías digitales pueden aumentar la productividad de los trabajadores en estas ocupaciones al permitirles organizar y aplicar sus ideas o decisiones de manera más rápida y precisa. Se considera que en este tipo de empleos se requiere un alto grado de habilidades no rutinarias.

Por el contrario, los trabajos que requieren un alto grado de habilidades rutinarias, como la contabilidad o la edición de textos, son más susceptibles de ser reemplazados por las nuevas tecnologías.

Por ejemplo, la aparición de robots industriales y de programas informáticos capaces de procesar las declaraciones de impuestos o de realizar la corrección de pruebas de documentos hará innecesario tener profesionales para realizar estas tareas.

La asociación entre las tecnologías digitales y el grado de habilidades de los empleos es estrecha: en los países con mayor uso de internet es menos probable que haya trabajos con una gran cantidad de habilidades rutinarias. Después de descontar el efecto de otros factores, encontramos que un aumento de 50 puntos porcentuales en el uso de internet —aproximadamente, el aumento experimentado por los países en desarrollo desde principios de la década de 1990— se relaciona con una gran disminución en los trabajos rutinarios. El descenso equivale a casi la mitad de la disminución experimentada por algunos países en desarrollo desde los años noventa.

La conclusión es la siguiente: si bien los avances tecnológicos pueden mejorar la productividad  y los sueldos, también originan ganadores y perdedores. Los trabajadores que desempeñan tareas rutinarias pertenecen a este último grupo.

Las políticas laborales podrían ayudar a suavizar los efectos para los trabajadores que desempeñan labores rutinarias a medida que se producen los cambios tecnológicos.

Sistemas de protección social eficientes y bien orientados, menores barreras para la movilidad laboral y el fortalecimiento de sistemas de aprendizaje permanente pueden ayudar a proteger los ingresos de los trabajadores desplazados y ayudarles a encontrar nuevos trabajos durante una crisis tecnológica.

No es fácil cambiar una rutina. Pero en una era en que la tecnología está reemplazando cada vez más las tareas repetitivas, políticas laborales como estas podrían ayudar a los trabajadores a reforzar las habilidades que ellos aportan.

Fuente: Banco Mundial
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