En OPINIÓN LIBRE |
Algo podremos cambiar…
Efluvios del colonialismo mental todavía perduran en nuestras sociedades andinas.
Por: César A. Franco Carpio – Desde la Tierra del Mercurio
Al parecer resulta complicado aportar al cambio sin transgredir, sobre todo patrones de colonialidad, (entendido como seguir actuando como colonos aun estando libres de una “potencia” extranjera), como lo fue la dominación española por ejemplo.
De ahí al parecer heredamos esa necesidad de pensar que a quienes ostentan cargos popular que permiten ejercer así sea un poquito de poder debemos hacerles venia, recibirlos con banda y sobre todo agradecerles por hacer su trabajo.
Vi en una foto un grupo de niños con una pancarta pidiéndole apoyo con el comedor de su escuela a un congresista. Señor congresista: Si quiere done el comedor, pero le sugeriría también hacer su trabajo de fiscalizar por que no cuenta con comedor la escuelita (no solo esa, todas) O dirá que las necesidades son muchas y los recursos para solventarlas pocos. Otra respuesta sería: No podemos hacernos cargo de todo, hagamos alianzas público-privadas y así disminuiremos las brechas.
Estas respuestas permiten interpretar que el Estado falla en su función primordial de defender la persona y el respeto de su dignidad, igualmente considero que responden al patrón de colonialidad del saber, (algo así como el que tiene el poder es el único validador de conocimientos). Por eso es que nos dicen que todo lo que viene de afuera es bueno, (incluso cuando nos dicen, ¡vienen de Lima!)
Todo esto deriva a una permanente crisis de representatividad, de la cual emerge el que más sonríe, el que más abraza, o el que tiene el desparpajo de engañar en el idioma ancestral y peor, lo vemos como el salvador; precisamente ese salvador que hace política en su buen entender, es como el tuerto que es rey en tierra de ciegos. Pero al parecer así fue como se construyó la epistemología del pensamiento en las tierras andinas.
Para que mi reflexión no se califique como diatriba, haré un par de pausas brevísimas: La primera sobre el tema de la epistemología y la segunda acerca del concepto de colonialidad. Para el caso de la epistemología, en términos genéricos es la rama de la filosofía que estudia la creación de conocimiento. En este sentido, el contexto histórico en esencia determinará el accionar y decidir en una etapa de la construcción social que posteriormente calificaremos como conocimientos.
Por otra parte, el concepto de colonialidad que inicialmente fue propuesta como colonialidad del poder, por parte del peruano Anibal Quijano, básicamente se refiere a la existencia de un patrón de dominación global propio de un sistema hegemónico o imperante, desde mi percepción a todas luces ese sistema es el capitalista. En ese marco, existen más o menos definidos tres elementos correlativos al poder: dominación, explotación y por su puesto conflicto.
En la medida que entendemos y aceptamos que la dominación es el elemento central para ejercer el poder, se da una situación desventajosa para quienes no tienen o no comprenden las fuentes de su poder; (Viene a mi mente el poder constituyente vs el poder constituido) En consecuencia para conservar el dominio; aparte de la violencia, se apela a otro mecanismo de “control” que viene a ser amoldar el comportamiento del dominado.
A la expectativa de no haber vuelto compleja la idea de los primeros párrafos, cierro con la reflexión de Sinesio Lopez en la República hace un par de días: “…El capitalismo es un sistema en el que muchos recursos escasos son de propiedad privada y las decisiones sobre su asignación son una prerrogativa privada. La democracia es un sistema mediante el cual las personas como ciudadanos pueden expresar sus preferencias sobre la asignación de recursos que ellos privadamente no poseen…”.
Finalmente, tristemente afirmo que mientras sigamos “adormecidos” mental e intelectualmente, será muy difícil implementar el mentado cambio. Que ciertamente como mecanismo de dominación ya es un efectivo cliché mediático que ciertamente le dio el triunfo electoral a un inefable caudillo en nuestro departamento.
Vi en una foto un grupo de niños con una pancarta pidiéndole apoyo con el comedor de su escuela a un congresista. Señor congresista: Si quiere done el comedor, pero le sugeriría también hacer su trabajo de fiscalizar por que no cuenta con comedor la escuelita (no solo esa, todas) O dirá que las necesidades son muchas y los recursos para solventarlas pocos. Otra respuesta sería: No podemos hacernos cargo de todo, hagamos alianzas público-privadas y así disminuiremos las brechas.
Estas respuestas permiten interpretar que el Estado falla en su función primordial de defender la persona y el respeto de su dignidad, igualmente considero que responden al patrón de colonialidad del saber, (algo así como el que tiene el poder es el único validador de conocimientos). Por eso es que nos dicen que todo lo que viene de afuera es bueno, (incluso cuando nos dicen, ¡vienen de Lima!)
Todo esto deriva a una permanente crisis de representatividad, de la cual emerge el que más sonríe, el que más abraza, o el que tiene el desparpajo de engañar en el idioma ancestral y peor, lo vemos como el salvador; precisamente ese salvador que hace política en su buen entender, es como el tuerto que es rey en tierra de ciegos. Pero al parecer así fue como se construyó la epistemología del pensamiento en las tierras andinas.
Para que mi reflexión no se califique como diatriba, haré un par de pausas brevísimas: La primera sobre el tema de la epistemología y la segunda acerca del concepto de colonialidad. Para el caso de la epistemología, en términos genéricos es la rama de la filosofía que estudia la creación de conocimiento. En este sentido, el contexto histórico en esencia determinará el accionar y decidir en una etapa de la construcción social que posteriormente calificaremos como conocimientos.
Por otra parte, el concepto de colonialidad que inicialmente fue propuesta como colonialidad del poder, por parte del peruano Anibal Quijano, básicamente se refiere a la existencia de un patrón de dominación global propio de un sistema hegemónico o imperante, desde mi percepción a todas luces ese sistema es el capitalista. En ese marco, existen más o menos definidos tres elementos correlativos al poder: dominación, explotación y por su puesto conflicto.
En la medida que entendemos y aceptamos que la dominación es el elemento central para ejercer el poder, se da una situación desventajosa para quienes no tienen o no comprenden las fuentes de su poder; (Viene a mi mente el poder constituyente vs el poder constituido) En consecuencia para conservar el dominio; aparte de la violencia, se apela a otro mecanismo de “control” que viene a ser amoldar el comportamiento del dominado.
A la expectativa de no haber vuelto compleja la idea de los primeros párrafos, cierro con la reflexión de Sinesio Lopez en la República hace un par de días: “…El capitalismo es un sistema en el que muchos recursos escasos son de propiedad privada y las decisiones sobre su asignación son una prerrogativa privada. La democracia es un sistema mediante el cual las personas como ciudadanos pueden expresar sus preferencias sobre la asignación de recursos que ellos privadamente no poseen…”.
Finalmente, tristemente afirmo que mientras sigamos “adormecidos” mental e intelectualmente, será muy difícil implementar el mentado cambio. Que ciertamente como mecanismo de dominación ya es un efectivo cliché mediático que ciertamente le dio el triunfo electoral a un inefable caudillo en nuestro departamento.
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