El mundo es habitado por más de 7,347 millones (2015) de personas según el Banco Mundial. En pocos años, alcanzará los 10 mil millones de habitantes. China, tiene 1371 millones de habitantes seguido por la India con 1,311 millones. El crecimiento de la población es posible por los avances en la ciencia, la medicina humana (vacunas), nutrición, políticas de salud, agua y el desagüe, educación, limpieza y la gran revolución industrial, científica y tecnológica que está transformando el mundo.

La vida humana ha mejorado claramente. El promedio de vida en Europa y Japón es de 82 años. El de Perú es de 75 años. Nos separan 7 años de vida.

Miremos un siglo atrás. En 1885, Londres era la única ciudad del mundo de 5 millones de habitantes. Vivían en condiciones infrahumanas. Robert Kunzing, en un artículo titulado la “Solución Urbana” describe: “¡Un inspector sanitario reportó haber encontrado en un sótano al padre, la madre, tres niños y cuatro cerdos! En otro sitio había una pobre viuda, sus tres hijos y un niño muerto 13 días”. Los victorianos llamaban a esos barrios marginales criaderos o colonias de animales… Londres era descrito como “un tumor, una elefantiasis que alimenta su saturado sistema con la mitad de la vida, la sangre y los huesos de los distritos rurales”. Esa era la descripción de Londres hace más de un siglo. Hoy es una ciudad de  8,769,077, una de las más bellas y visitadas del mundo. Kunzing asevera que hay más de 54 ciudades con más de 5 millones de habitantes en el mundo.  

Las ciudades han cambiado totalmente. Son el espacio en el que vivirá la mayoría de habitantes. Así, China tenía hasta fines de los años 60,  al 81% de su población viviendo en el campo. Hoy, el 57% de la población China vive en grandes ciudades. Seúl pasó de 3 millones de habitantes en los años 60 a 10 millones.

Las Naciones Unidas afirman que en el año 2050 el 75% de la población mundial vivirá en ciudades. Es una megatendencia mundial indetenible.

En América Latina, más del 75% de la población habita ciudades. En Europa y en América del Norte 80% de la gente vive en ciudades.  En el Perú, el 77% de la población vive en algún tipo de urbe. En pocos el promedio crecerá a 80%.

La IV Revolución Industrial han tenido extraordinarias consecuencias en la vida humana. Las grandes ciudades son las mayores generadoras de riqueza: densamente pobladas y planificadas permiten ahorro de energía, transporte, conectividad, etc.

Los ciudadanos son los grandes protagonistas. La democracia funciona. En Berlín, los vecinos ganaron un referéndum que permitió que el viejo aeropuerto Tempelhof se transformara en un gran bosque de 300 hectáreas en el centro de la ciudad.

Lima ha pasado de 880 mil habitantes en 1940 a 8 millones 900 mil habitantes en el presente año. En 70 años ha crecido mil por ciento. Crecerá hasta Huaral por el norte y Cañete por el sur.

Las ciudades congregan a la mayor parte de la población mundial. El campo será menos devastado por la pobreza. Alemania recuperó, totalmente, la Selva Negra, hace más de una década. La revolución tecnológica ha industrializado la producción agrícola.

 

¿Cuáles son los beneficios que depara a la Tierra este cambio demográfico? Sostiene Edward Glaeser, economista de Harvard: “No existe un país urbano pobre, no existe un país rural rico”. Las ciudades se transforman en grandes generadores de riqueza. La densificación acorta las distancias y permite realizar servicios y negocios a mayor velocidad y con grandes ahorros. Mejora la calidad de vida de la gente cuando existen los servicios adecuados: infraestructura, electricidad, red de agua y desagüe, conectividad, servicios de limpieza, servicios de transporte modernos (trenes, autobuses, bicicletas y espacios peatonales para que la gente camine según la OMS); espacios verdes, edificios inteligentes, etc.; universidades y centros de investigación. En las ciudades se está desarrollado la mayor revolución científica de la humanidad.

Los viejos paradigmas urbanos están siendo derribados. Las ciudades del siglo XX se planificaron para el automóvil impulsado por combustibles fósiles en grandes carreteras. Hoy las ciudades liberan los centros  y los destinan a espacios peatonales de encuentro entre los ciudadanos. Se busca evitar construir grandes autopistas. Se estimula vivir en el centro de las ciudades. Urbanistas y políticos conciben ciudades antropocéntricas. Ámsterdam, Copenhague, Barcelona, Nueva York y otras ciudades avanzadas, crean mayores espacios para el peatón, el ciclista, los trenes, autobuses, tranvías y, cada vez menos para los automóviles.

Se promueve que la gente camine en espacios seguros, limpios y bellos. Las grandes distancias se cubren con transporte masivo de calidad.

El mundo moderno construye ciudades inteligentes, libera los centros, crea alamedas y espacios públicos; se disuade el uso del automóvil; se refuerza la conectividad virtual y la seguridad. La idea es acabar con las selvas de cemento evitando un futuro apocalíptico. Parques en las azoteas de los grandes edificios se multiplican. El futuro es el de ciudades humanizadas que frenen la violencia. Construir una cultura ciudadana de paz, integración y educación democrática, cumplimiento de las leyes y liderazgo político y cultural ejemplar es el camino en las nuevas ciudades.