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12º Desafío de la Década: Proteger los medicamentos que nos protegen

El uso indiscriminado y descontrolado de antibióticos ha producido un aumento de la resistencia antimicrobiana de la población pobre impidiendo su eficacidad, a esto se añade la falta de agua potable limpia y otras carencias.

Una pandemia global inminente, el cambio climático, el conflicto que impide controlar los brotes, los mitos de la vacunación, la resistencia a los antibióticos, y los productos alimenticios nocivos son sólo algunos de los obstáculos para prevenir millones de muertes en esta década que comienza. Eliminar muchos de ellos no es una cuestión médica sino política.
Una pandemia global inminente, el cambio climático, el conflicto que impide controlar los brotes, los mitos de la vacunación, la resistencia a los antibióticos, y los productos alimenticios nocivos son sólo algunos de los obstáculos para prevenir millones de muertes en esta década que comienza. Eliminar muchos de ellos no es una cuestión médica sino política.

 

Por: Luis E. Forero Medina  Abogado/Especialista enSaluderecho 


Proteger los medicamentos que nos protegen es otro de los 13 desafíos de la salud mundial en esta década, que no es “una cuestión médica sino política”; por lo que los responsables de la cosa pública están en mora de poner en cintura la mala fama de los medicamentos en cuanto a calidad, oportunidad, accesibilidad y garantía de suministro gratis o a bajos precios.

 

Suena como una hipérbole que la humanidad pueda retroceder a principios del siglo XIX o mediados de la centuria veinte, cuando los antibióticos no se conocían o el agua no era potable y por esa causa se desarrollaban muchas enfermedades, incurables para la época. En 1806 empezó a funcionar en Paris la primera planta de tratamiento de agua y como un abre bocas a los antibióticos, en 1928 se inventó la penicilina por Alexander Fleming (1881-1955).
 
De acuerdo con la OMS (La Organización Mundial de la Salud), “La resistencia antimicrobiana amenaza con enviar la medicina moderna a décadas anteriores a la era en la que no se habían descubierto antibióticos, cuando incluso las cirugías de rutina eran peligrosas. El aumento de la resistencia se debe a una miríada de factores que se han unido para crear una infusión aterradora, incluida la prescripción y uso no regulado de antibióticos, la falta de acceso a medicamentos de calidad y asequibles, y la falta de agua limpia, saneamiento, higiene y prevención y control de infecciones.”

 

Dicho en otras palabras, unos bichos llamados bacterias, virus y parásitos, apodados “microorganismos”, en su trasegar han adquirido una fuerza descomunal, impidiendo el obrar de sus archienemigos: antibióticos, antivíricos y antipalúdicos, apellidados  como”antimicrobianos”.

 

Entre tanto, “los tratamientos habituales se vuelven ineficaces y las infecciones persisten y pueden transmitirse a otras personas”.

 

 

 

 

                En algunos países de América Latina, de Asia y África principalmente, un porcentaje considerable de los antibióticos se dispensan sin receta proveniente de un médico.                

 

 

 

En algunos países de América Latina, de Asia y África principalmente, un porcentaje considerable de los antibióticos se dispensan sin receta proveniente de un médico, convirtiendo el mercado en irregular, por no decir que ilegal, en la medida que atenta contra la salud de la población que acude a esos productos como auto remedio, como último recurso para su sanación, por no estar inscrito en un sistema de salud no consulta a un médico antes de tomarlos. Dicha Organización ha advertido reiteradamente que el uso indebido de los antibióticos está creando super bacterias que no se pueden tratar con ningún medicamento.

 

Según la revista The Lancet, “entre 2000 y 2010, el consumo mundial de antibióticos para uso humano aumentó en un 35%, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos, con altos niveles de uso de antibióticos tanto dentro como fuera del sistema formal de atención de la salud”. Un país de ingreso bajo, conforme a la clasificación del Banco Mundial, registra 1,025 o menos (en USD corrientes) por habitante.

 

La falta de agua limpia, saneamiento, higiene y prevención y control de infecciones es otro de los factores que como lo indica la OMS, contribuye al incremento de la resistencia a los antimicrobianos.

 

Actualmente 2 000 millones de personas carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura. En el Informe de las Naciones Unidas sobre los recursos hídricos en el mundo, “Agua para todos, agua para la vida”, dado a conocer   hace más de dos décadas, se observó que “Todas las señales parecen indicar que la crisis se está empeorando y que continuará haciéndolo, a no ser que se emprenda una acción correctiva. Se trata de una crisis de gestión de los recursos hídricos, esencialmente causada por la utilización de métodos inadecuados. La verdadera tragedia de esta crisis, sin embargo, es su efecto sobre la vida cotidiana de las poblaciones pobres, que sufren el peso de las enfermedades relacionadas con el agua”.


“Si no tomamos medidas urgentes estamos abocados a un futuro en el que las infecciones y las pequeñas lesiones volverán s ser mortales”, señaló la OMS.

 

@luforero4
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